El jueves por la tarde llegó al Senado la notificación judicial que contiene el pedido de desafuero de la expresidenta y actual senadora Cristina Fernández de Kirchner en el marco de la causa que investiga un supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA.
En ese marco y pese a las diferencias políticas que quedaron expuestas entre los distintos sectores del peronismo en la Cámara Alta, el titular del bloque justicialista en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, anticipó su rechazo.
El senador aclaró que no hablaba en nombre de su flamante bloque pero fue taxativo al ratificar su posición histórica y la de sus pares. La gran mayoría opina que no procede el desafuero, adelantó. Insistió así con la postura que había adoptado ante el pedido de inhabilitación de la candidatura de Carlos Menem y ante el proceso de desafuero que se produjo en Diputados con el ex ministro de Planificación Julio De Vido.
Además, en declaraciones a la prensa parlamentaria Pichetto recordó que la Corte Suprema dejó asentado que se trata de procesos que corresponden ante un caso con condena firme porque de otra manera se vulnera el principio de inocencia. En ese contexto el ex hombre fuerte del Frente para la Victoria cuestionó el pedido de prisión preventiva. Sostuvo que no corresponde ya que CFK siempre estuvo a disposición de los requerimientos judiciales y que no hay peligro de que entorpezca la investigación.
El receso legislativo y la nutrida agenda que el gobierno plantea para extraordinarias, en principio no dará lugar a que la Comisión Asuntos Constitucionales aborde el pedido de desafuero. Por eso Pichetto no duda en decir que el tema recién será abordado en febrero o marzo.
A nadie en los pasillos del Congreso se le escapa que la defensa del memorándum de entendimiento con Irán en el Senado los hizo, en su carácter de jefe de Bloque, el propio Pichetto.
La discusión se dio en el marco de las sesiones ordinarias convocadas antes del comienzo del periodo ordinario de 2013 en el Congreso. El Frente para la Victoria contaba con una amplia mayoría que arrastraba desde el 2011. En ese marco, el senador por Río Negro y titular del bloque del FpV, Miguel Ángel Pichetto, fue el encargado de cerrar el debate por aquella mayoría y de resaltar la necesidad de avanzar en el acuerdo para destrabar la parálisis de la causa y cuestionó tanto a la AMIA como a la DAIA por el cambio de postura frente a iniciativa del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Entonces, señor presidente, nosotros reivindicamos este Memorándum, reivindicamos la intención del gobierno argentino de buscar la solución por la vía pacífica y la colaboración de un Estado que, además, indudablemente tiene que prestar colaboración, porque de lo contrario la causa va a quedar bloqueada sin fin; lleva 19 años y, si nada se mueve en el escenario, puede llevar otros 19, sentenció Pichetto al termina su discurso que precedió a la votación.
A largo de su intervención, que se extendió poco más de media hora, Pichetto señaló: La AMIA y la DAIA tuvieron un comportamiento dual, por lo menos dual. En un primer momento, dijeron que estaban de acuerdo. Después, dijeron que no. Tuvieron una reunión con el canciller, en la que manifestaron su conformidad. Creo que están corridos por la derecha religiosa de personajes como Levin o Bergman.
El senador rionegrino profundizó esa mirada y apuntó contra la derecha Israelí a la que sindicó como la responsable de la falta de dialogo en medio oriente. La derecha religiosa israelí no solamente opera en Israel, sino también en la Argentina. E indudablemente las posiciones de la AMIA y de la DAIA cambiaron. Quiero decir, además, que en este debate ha sido notable la imprudencia y la irresponsabilidad en el manejo de las palabras. Al presidente de la AMIA, el señor Borger, no se le movió un pelo. Dijo que iba a haber un tercer atentado. Preguntado acerca de qué información tenía, dijo que ninguna. Quién iba a ser el presunto autor, ninguno, explicó y agregó: En realidad, la irresponsabilidad con que manejan las palabras es extraña proviniendo de un pueblo como Israel, en donde la palabra fue la antesala de la mayor atrocidad que vivió ese pueblo con el Holocausto nazi; porque el discurso de la Alemania nazi de Hitler empezó antes de los campos de concentración. Entonces, la palabra tiene un valor y, muchas veces, es destructiva. Muchas veces, la palabra genera temor, que es lo que hace la derecha dura de Israel para impedir cualquier tipo de diálogo y de conciliación con los países en el Medio Oriente. Por eso le siguen negando la existencia del Estado palestino. Entonces, esa derecha, que también gravita en el Estado de Israel y gravita acá.