En las últimas semanas, la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro -también conocida como Metrodelegados– retomó un plan de acción con las llamadas “medidas de autodefensa” ante la concesionaria Emova. Los reclamos por la jornada laboral y la peligrosa exposición al asbesto se expresarán este miércoles en la interrupción del servicio de las líneas D, E y Premetro de 14 a 16 hs junto a la apertura de molinetes en las estaciones Congreso de Tucumán, Catedral, Plaza de los Virreyes – Eva Perón e Independencia. En este contexto, Tiempo dialogó con Roberto «Beto» Pianelli, secretario general de AGTSyP, secretario de Salud Laboral de la CTA-T nacional e integrante del espacio Movemos.
-¿Cuáles son los reclamos centrales que plantean?
Nuestro régimen tiene un franco por semana. Y nosotros trabajamos sábado, domingo, feriados, Navidad, Año Nuevo. Eso implica que si a mí me toca un día franco, el día que me toca me lo tomo, y si me toca trabajar, por ejemplo, un 31 de diciembre, tengo que trabajarlo. Hay gente que tiene un franco por semana, pero después no trabaja los feriados, ni las fiestas. Nosotros no, trabajamos siempre. Pedimos esencialmente dos cosas: una, disminuir el riesgo de exposición al asbesto, ese material cancerígeno. Y lo otro, es que se demostró que podíamos trabajar menos tiempo. Y se demostró de tal manera que en la pandemia la empresa redujo el personal para hacer el mismo trabajo que hacía antes. Por ejemplo, tenemos 400 trabajadores menos que antes de la pandemia, con el mismo servicio. Lo que demostró la pandemia, no acá, sino en el mundo, es que no era necesario trabajar las horas que trabajábamos. En el mundo se está discutiendo reducir la jornada laboral. Hay una campaña, que es semana (laborable) de cuatro días, impulsada incluso por empresarios y diferentes gobiernos. Quieren reducir la semana laboral a cuatro días, porque de esa manera se contaminan menos las ciudades. Por ejemplo, los gobiernos de España, Portugal, Gran Bretaña comenzaron a hacer pruebas piloto, todas exitosas. Nosotros, sin conocer todo esto, empíricamente lo vimos en el subte. La misma cantidad de gente podía dar el mismo servicio con menos horas de trabajo. Lo planteamos, ¿y qué hizo la empresa? Maximizar sus ganancias. Actualmente tenemos una jornada semanal de 36 horas. Ahora estamos planteando reducirla a 30 horas semanales.
-¿Qué actitud viene tomando la empresa ante estas demandas?
Nos escucharon y terminaron en una negación absoluta, diciéndonos que no hay ninguna posibilidad de reducir la jornada laboral. Esto llevó a que lamentablemente estemos en conflicto. Empezamos con un plan de acción para hacer que la empresa recapacite y acceda a una discusión sobre este problema, que para nosotros es muy profundo y de mucha gravedad. Desgraciadamente, desde que empezamos este plan de acción la empresa está sacando una serie de comunicados, diciendo mentiras que son fácilmente comprobables. Una de ellas dice que no hay peligro con el asbesto. La verdad es que tenemos tres compañeros fallecidos en los últimos cuatro años producto de ese material cancerígeno. No lo decimos nosotros, lo dice la Superintendencia de Riesgos del Trabajo por medio de la ART y la propia empresa. Y también tenemos 85 compañeros con diferentes afecciones. ¿Cómo que no hay riesgo? Mienten en un comunicado público, lo cual genera una indignación muy grande, porque tenemos 2.700 trabajadores que todos los años, de acá hasta que fallezcan, van a tener que hacerse estudios para ver si le aparecen enfermedades producidas por el asbesto. Sobre 4.000 trabajadores, 2.700 están bajo vigilancia médica por haber estado en contacto con el asbesto. Y esos 2.700 en cualquier momento pueden desencadenar enfermedades.
-¿Cómo es la problemática del asbesto en el subte?
El asbesto o amianto es un mineral que fue muy utilizado en el mundo. Desde hace 20 años, 50 países en el mundo prohibieron su utilización porque se demostró que es material cancerígeno. A partir de ese momento se le dio un tiempo a las empresas para que dejen de utilizarlo o lo saquen. Eso fue hace exactamente 23 años. En este caso, la empresa no podía ser ajena a saber que había asbesto. Porque hubo algunas cosas con asbesto que sacaron, por ejemplo, la parte de los trenes con la cual se frena. Y acá viene el otro gran hecho, en 2011, con Macri como jefe de Gobierno de la Ciudad, compraron trenes a España y Japón. Hubo dos tandas que se compraron, los CAF 5000 y CAF 6000 y los Nagoya 5000, que fueron comprados, usados, y que siguen con asbesto. Y en los manuales decía que tienen asbesto.
-¿En qué lugares del subte tienen relevado que todavía hay o puede haber asbesto?
En los trenes Mitsubishi de la línea B, que son los que tienen los asientos de pana a los costados. Esos trenes tienen toda la pintura de asbesto, y no se la puede sacar. Hace cinco años que venimos discutiendo con Sbase para sacarlos de circulación. Cuando tenés asbesto en la pintura, no se puede sacar. Tenés que sacar (los trenes) de circulación. El asbesto (en este caso) es una fibra que está mezclada con otro material. Si la rasqueteás, hacés que la fibra se volatilice y por ende contamine. Por eso se saca de circulación, es algo que se hace en el mundo. Es la forma en la cual se trabaja. Hace cinco años venimos pidiendo que compren una nueva flota. Nos dicen que sí, la última vez nos dijeron que lo iban a licitar en marzo y todavía no se licitó… no sabemos cuántos años más vamos a seguir trabajando con ese tren.
-¿Hay riesgo para los usuarios?
Hay riesgo no solamente para los trabajadores, sino también para los usuarios, esta es la triste realidad. Ellos lo niegan, mienten diciendo que no hay riesgo para nadie. Hay personas que no trabajan en el subte que fueron contaminadas: hay una persona que trabajaba vendiendo en el subte, desarrolló un mesotelioma y fue reconocido que enfermó en el subte. Nosotros hicimos lo que se llama una acción de clase con un amparo ambiental, que está en la Justicia de la Ciudad. Nos dieron un amparo, y la Cámara, cuando ellos apelaron, dijo que hay asbesto en el subte, que hay que sacarlo y que todos estamos expuestos. Nosotros fuimos en representación de los trabajadores y también de los usuarios. La Justicia dio un amparo y la Cámara lo reafirmó hace un mes.