Un presidente debilitado, desgastado y con escasa popularidad. Que intriga en cada discurso, en cada entrevista: ¿qué yerro cometerá? ¿Qué dato equivocado ofrecerá? Atacado y condenado por su propio partido/alianza. Que, pese a todo, todavía no puede descartar públicamente un intento de reelección. Si lo hace, perderá todavía más. Sí. Se puede.
Una vicepresidenta y expresidenta que sufrió un atentado cuya gravedad fue minimizada, que pasó de largo ante la corrupción judicial y las animadversiones partidarias-mediáticas; que fue condenada en un proceso totalmente anómalo, cuestionable, con jueces y fiscales que evidenciaron su parcialidad y su militancia. Pero que jamás ha reconocido ni explicado su relación con el amigo-empresario con el que ella y su fallecido esposo y antecesor hicieron (millonarios) negocios mientras gobernaban. Que critica al gobierno como si no formara parte del gobierno. Como si sus afines no ocuparan cargos ni tuviera responsabilidad alguna en el (terrible) estado de situación. Y qué decir del Operativo Clamor y la inexistente proscripción.
Un gobierno que recibió pobreza, inflación, deuda y devaluación récord.
Y que dejará más pobreza, más inflación, más deuda y más devaluación.
Pero eso sí: realiza y presume recitales en Olivos para celebrar no sabemos bien qué. Democracia, dicen. Es lo que hay, lo que queda. No es poco. Pero no alcanza cuando millones no tienen nada que festejar, cuando cada vez más personas apenas si están en condiciones de sobrevivir día a día. Basta andar un rato en las calles para darse cuenta. Pero no. Están muy ocupados en sus internas.
Un expresidente que tenía magra intención de voto y al que quieren mostrar como un prócer por haber renunciado a volver a candidatearse. Cuánta grandeza. Cuánta humildad. Un estadista. Un verdadero líder. Churchill, un poroto. Ninguno de los propios lo lamentó. Nadie dijo: pero no, che, cómo, y ahora qué hacemos, no renuncies, no nos dejes, sin vos en la boleta no se puede. No hubo pesar. Sólo alivio. No está en campaña pero sí está en campaña y presiona y defiende nepotismo y violaciones legales. Eso sí, sigue vendiendo libertad, valores y republicanismo. Sin ruborizarse. Como siempre.
Un jefe de gobierno que aspira a ser el candidato presidencial de la coalición de derecha y que juega a romper con su mentor, el expresidente. Que quiere mostrar que es independiente, no un «títere». Que es, quizá, el político que más goza de protección mediática. Que sobreactúa. Que, así como dice una cosa, dice otra sin que casi nadie jamás lo cuestione. Que, cuando le conviene, simula moderación.
Una exministra de Seguridad que aspira a ser la candidata presidencial de la coalición de derecha y que, junto con su mentor, el expresidente, se va corriendo a la ultraderecha. Que defiende el «gatillo fácil», los disparos por la espalda. Que le importan poco y nada las violaciones a los Derechos Humanos. Sinónimo de patoterismo verbal.
Un candidato presidencial de la ultraderecha que comenzó a viralizarse y mediatizarse como consumo irónico y que vuelve a demostrar que el consumo irónico no existe. El hartazgo social es su principal aliado en la campaña.
Elecciones presidenciales en seis meses.
Una coalición de gobierno que, de tantos pleitos, se convirtió en el Frente de Nadie.
Una coalición de derecha que, de tantos pleitos, se convirtió en Separados por el Cambio.
Pero Macri. Pero Cristina. Pero Macri. Pero Cristina. Pero Macri. Pero Cristina. Un loop infinito, inútil y agotador.
Mucha indignación, mentiras, agresiones, insultos, papelones, discursos de odio, irresponsabilidad. Pocas soluciones.
¿Seguimos? «
Daniel23
17 April 2023 - 14:25
Qué nota! re esperanzadora y dejando puertas abiertas, en serio son lo mismo el gobierno de macri y sus neo pichones que un gobierno frentista (contradictorio, amplio y diletante pero no neoliberal)? Ahhh, menos mal que existen los frente de izquierda, únicos límpidos, puros e impolutos.