El jefe de Gabinete, Marcos Peña, tuvo que responder durante algo más de ocho horas las punzantes preguntas de los diputados de la oposición. Se mostró calmo y evitó siempre la polémica como si su máxima en la vida fuera el viejo refrán: al mal tiempo, buena cara. Y es que sin hesitarse reconoció que la Argentina vive un proceso económico recesivo que al parecer carece de efectos negativos porque dijo que «no hubo aumento de desempleo». Es más, anunció que la inflación ha comenzado a disminuir. Detalló los proyectos de ley que necesita el gobierno, anticipó que el mes próximo llegará la tan anunciada ley de Impuesto a las Ganancias y se mostró abierto a todo tipo de modificaciones porque el «diálogo y el consenso» son las máximas que rigen el gobierno que está a punto de cumplir nueve meses.
Para responder las preguntas Peña se valió de un equipo, una especie de call center, que le organizó la secretaría de Relaciones Parlamentarias, Paula Bertol. Los jóvenes, munidos de sendas notebooks con las que se comunicaban con cada uno de los ministerios, la Anses y la AFIP, recibían la información que surgía de las preguntas de los diputados y tras escribir las respuestas las imprimían. Cada manojo de hojas llevaba el nombre del diputado que había realizado la pregunta que luego el funcionario usaba a modo de ayuda memoria para contestar, pero con el correr de las horas directamente las leía.
Durante el informe, el segundo que brinda a Diputados desde que Mauricio Macri llegó a la Presidencia, se produjeron varios cruces con diputados de la oposición. El primero de ellos fue con el legislador del FPV-PJ, José Luis Gioja. El sanjuanino le dijo que era «pesimista acerca de las proyecciones» que había relatado Peña durante su discurso inicial. Es más, el diputado aseguró que «a ocho meses de gestión todavía están de campaña» y le pidió que no diga que el año que viene la Argentina va a crecer porque “los guisos de liebre sin liebre son muy desabridos, primero hay que tener la liebre, meterla adentro de la olla y después comer el guiso». Y es que Peña había afirmado que con la inflación disminuyendo el crecimiento era seguro en 2017. Eso llevó a que Gioja le pidiera que «no utilice la teoría del derrame para distribuir, sino que se distribuya los recursos como corresponde y que en la distribución haya una mayor justicia social».
Peña esperó su turno para contestar y primero lanzó su diatriba sobre lo que siente la «gente». En ese sentido consideró: «Hay una parte de la Argentina que vive el proceso de cambio y creo es parte de la discusión, ver qué cosas podemos acordar, muchas. No estamos tan lejos. Podemos tener diferencias por el diagnóstico. Unir no es pensar igual, encontrar mecanismos.» Luego a modo de anuncio sostuvo: «Nunca dijimos que el segundo semestre íbamos a estar bien sino que se iban a notar mejoras en algunas variables. Seguimos creyendo que vamos a estar mejor».
En tren de ponerle buena cara a la tormenta, Peña anunció que el mes que viene «el Indec va a difundir el índice de pobreza», aunque no anunció datos. Aprovechó de paso para reivindicar el nuevo instituto de estadísticas que conduce Jorge Todesca y les pidió a los legisladores «tener la honestidad intelectual del diagnóstico» porque «el número de desocupación» difundido el martes por el Indec (trepó en el segundo trimestre al 9,3%, la cifra más alta desde marzo de 2007) «genera preocupación» pero destacó que «la cifra de actividad laboral es la misma» que la de 2015. Dato que le sirvió para afirmar que la inflación está cayendo de manera «indiscutida». Eso sí, reconoció que el ministro de Hacienda, Alfonso de Prat-Gay, se equivocó al plantear una meta de inflación del 25%» para 2016, pero rápidamente dijo «que esta meta se alcanzará recién en marzo del año que viene, con relación al mismo mes de este año». «No le acertamos por tres meses, sí, es verdad», afirmó con una sonrisa en el rostro. Ahora bien, para reactivar la economía pidió que se apruebe la ley de primer empleo, esa que Macri anunció como sancionada, y dijo estar dispuesto a que se mejore sin que pierda el espíritu.
La otra pulseada que Peña tuvo que superar fue con el flamante integrante de la troika que conduce la CGT, el diputado Héctor Daer. El legislador cuestionó al gobierno por «las fantasías que se fueron generando y que no se fueron cumpliendo» en este comienzo de gestión. El dipu-sindical le enrostró el índice de desempleo, «la cifra más alta desde marzo de 2007 que afecta a 1.165.000 personas». Luego, recurriendo a la ironía, Daer le dijo que «la creatividad es buena» en referencia al supuesto equívoco de Prat-Gay sobre la pauta inflacionaria y le recordó que ese mismo ministro había dicho, antes de que salga el fallo de la Corte sobre las tarifas, que si la acordada era «en contra íbamos a tener un 40% de inflación. No sabemos si fue un apriete a la Corte o si eso termina siendo la proyección inflacionaria sobre lo que resta del año». En referencia al proyecto de primer empleo, el dirigente sindical que ocupa una banca en el Frente Renovador sostuvo: «Me asombra que pensemos que la única posibilidad de generar empleo es generar empleo más barato porque está comprobado que bajar los costos no es generar empleo, sino potenciar la economía. Hay que dejar de pensar que el salario es un costo. El salario es lo que motoriza la economía.» Peña lo quiso ablandar felicitándolo con su nueva designación en la CGT y decirle que era muy importante la reunificación sindical «para poder ordenar y promover el diálogo y el debate. Ojalá que pronto podamos recibir formalmente a las nuevas autoridades». Daer no se conmovió.
A su turno, el Bloque Justicialista que responde a Diego Bossio se concentró en el Plan Belgrano. El salteño Pablo Kosiner definió al plan como una «planilla de Excel» con obras para el NOA y el NEA que no corresponden con el objetivo de esta unidad anunciado por el presidente porque incluye en su listado «jardines de infantes y vestuarios para piletas de natación». Kosiner le enrostró que todavía no se haya licitado una sola obra. «Queremos saber si el Plan Belgrano está registrado para recomponer la competitividad y la brecha de desarrollo entre el NOA y el NEA y el resto del país. Hoy entro a la web del Plan Belgrano y dice en construcción. Hay listados de obra, pero no hay una definición estratégica. Además, esta sumatoria de obras ya venía ejecutándose; algunas, con más del 90 por ciento ejecución», sacudió el diputado que responde al gobernador Juan Manuel Urtubey.
Luego, Bossio se quejó de que los diputados preguntan una cosa y en la Jefatura de Gabinete «contestan otra». Luego, buscando una respuesta directa del jefe de ministro, le pidió los nombres de los que ponen «palos en la rueda», tal como denunció Macri. Peña se limitó a decir: «Si ustedes consideran que no puede haber sectores que ponen palos en la rueda, allá ustedes, la interpretación quedará para los ciudadanos.» Menos contemplativo fue el sindicalista Oscar Romero, quien sin miramientos dijo que las políticas del gobierno nacional generaron «más inflación, pobreza, desocupación e incertidumbre», y los acusó de ser «improvisados» a la hora de tomar decisiones: «Estamos en el medio del mar, en un barco que está empezando a hacer aguas, y no vemos los salvavidas. Veo que hoy usted a nosotros nos está describiendo el agua, y nos preocupa», expresó.
Peña, siempre con sus papeles con las respuestas, se negó a que comparen el gobierno de Macri con lo ocurrido en los años noventa. «Nuestro gobierno no está implementando un libreto ideológico que llevó adelante el peronismo en los ’90, sino una inserción inteligente al mundo, no generar un modelo que se base en las experiencias pasadas, sino tomarlas como aprendizaje», dijo sin inmutarse. Luego destacó que en materia de obra pública y «a tres meses de salir del default se realizaron anuncios de inversión por 35 mil millones de dólares.»
Luego les planteó a los legisladores los siete temas que consideran cruciales y que el Congreso debe dar respuesta. Ellos son el Presupuesto 2017, para el que pidió «un debate real», porque el Ejecutivo no mandará un proyecto «cerrado»; la modificación del Impuesto a las Ganancias que, según dijo, incluirá «un mejor esquema de escalas y mínimo no imponible»; la reforma electoral; la ley de Primer Empleo; la obligatoriedad de la sala de tres años de jardín de infantes; la reforma de la Carta Orgánica del Ministerio Público Fiscal; y la ratificación del acuerdo climático de París.