Cuando el ex juez Norberto Oyarbide salió a los medios a declarar que «le apretaron el cogote» para que «sacara las causas de los Kirchner» seguramente sabía que abría mil y una puertas. Por ejemplo, para que la Unidad de Información Financiera (UIF), de inmediato, pidiera reactivar la investigación por presunto enriquecimiento ilícito de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, que llevó adelante el ex magistrado y en la que los sobreseyó.
El pedido de reapertura presentado por los representantes legales de la UIF fue presentado en las últimas horas en el juzgado del magistrado Marcelo Martínez De Giorgi. El organismo pidió ser querellante del caso.
Una fuente judicial que se refirió al tema admitió: «Si Oyarbide está planteando que cerró un expediente por una presión, podría estar reconociendo un prevaricato propio. En ese caso tendría que investigarse primero la actitud del ex juez”. Pero asimismo agregó que de confirmarse eso, podrían revisarse las sentencias, bajo la sospecha que se produjeron “bajo ese esquema fraudulento».
La investigación realizada por Oyerbide abarcó hasta el año 2008, bajo la sospecha que el patrimonio del matrimonio había aumentado un 158%, con la compra de hoteles y propiedades. Pero el magistrado Oyarbide llegó a la conclusión que esa variación financiera estaba “justificada” por lo que dictó un sobreseimiento.
Una larga jornada
Eran las 14 de este jueves cuando el ex juez federal Norberto Oyarbide hizo su ingreso a los tribunales federales de Retiro. Un día después de haber prestado declaración indagatoria, el magistrado del platinado artificial volvió a Comodoro Py. Hasta entonces se decía que iba a “arrepentirse”. Antes le concedió un reportaje radial a Radio 10 en el que se quebró al recordar, según dijo, como lo habían apretado en el pasado.
Envalentonado, el ex magistrado se dirigió directo al quinto piso y, una vez allí, a la fiscalía a cargo de Carlos Stronelli, el que interviene en el caso de los cuadernos. Pero no se arrepintió. No cambió su declaración de ayer en la que rechazó haber recibido dinero para alivianar la situación del matrimonio Kirchner. En línea con lo que la había trascendido de su declaración, presentó una nueva denuncia.
Dijo –según fuentes judiciales- que en el pasado había sido “apretado” por el auditor general de la Nación, Javier Fernández, y el espía todoterreno Antonio “Jaime” Stiuso para que no investigara a Néstor Kirchner. Sostuvo que se suponía que a ellos los enviaba el propio Kirchner pero que nunca pudo saber si era cierto porque el ex presidente falleció antes de que pudiera averiguarlo.