A Gustavo Arribas no le cierran los números, las fechas, ni su declaración patrimonial. El jefe de la AFI, que tropezó al intentar explicar el origen del giro que partió de una cueva utilizada para lavar coimas y terminó en su cuenta suiza, siempre fue reacio a dar precisiones sobre los bienes que posee en Brasil.
Ya en su primera presentación ante la Oficina Anticorrupción, el íntimo del presidente Mauricio Macri omitió detallar la parte brasileña de su patrimonio con la excusa de que por aplicación del Art. 17 inciso b) de la Ley del Impuesto sobre los Bienes, no se encontraba obligado a tributar sobre los bienes que registrara fuera del territorio argentino. Advertido del escándalo que implicaba mantener en secreto su patrimonio, Arribas presentó una ampliación donde admitió poseer una decena de departamentos en zonas VIP de São Paulo y participaciones sociales en las firmas Gha Negocioes e Participacoes ltda y Soccer Player Agenciamiento Esportivo ltda. Pero documentos hallados por Tiempo Argentino revelan que Arribas no dijo ante la OA todo lo que tiene en Brasil.
En los registros oficiales de São Paulo consta que el 10 de agosto de 2009 Arribas y su pareja, Lindamir Sumny, inscribieron la sociedad Chloe Gestao Patromonial LTDA. El nombre de la sociedad parece homenajear a la hija de los socios, que lleva el mismo nombre de pila. Según los documentos que este diario tuvo a la vista, la sociedad fue constituida con un capital inicial de 100 mil reales y tiene como objeto la incorporación de emprendimientos inmobiliarios. Como administrador de la firma figura el propio Arribas, quien en ese momento hacía un par de años había mudado sus actividades como mánager de modelos y futbolistas al Brasil.
Para los registros, Chloe no tuvo mayor actividad que su constitución. Pero eso no implica que no posea cuentas bancarias o realice operaciones financieras de distinto tipo y tenor. Además, según los documentos, la sociedad sigue activa, por lo que debió ser incluida en la declaración que el jefe de la AFI realizó ante la OA. Laura Alonso, la dirigente ultramacrista que conduce el organismo, ahora suma otro elemento para pedirle explicaciones al amigo presidencial.