El lema fue «Pan, Paz, Tierra, Techo y Trabajo». La movilización fue llamada por Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), el Movimiento Evita, el Movimiento Misionero Papa Francisco, el Frente Darío Santillán, Miles, la FUBA, la Juventud Sindical y otras organizaciones sociales. La convocatoria fue realmente masiva y llegó a reunir a unas cien mil personas. Y el reclamo apuntó directamente a Mauricio Macri, para que el presidente sancione la «emergencia alimentaria». Y ratificaron que marcharán el 22 junto con la CGT.
Daniel Menéndez (coordinador nacional de Barrios de Pie), Juan Carlos Alderete (de la CCC) y Esteban Castro (de la Ctep) fueron los encargados de presidir el multitudinario acto.
Justamente, cuando finalizó, uno de ellos, Menéndez advirtió con precisión: «Nosotros queremos que se revea la política económica que está llevando adelante este Gobierno. Y reclamó con insistencia: Tienen que convocar al diálogo. Este debe significar un llamado de atención. Ojalá haya alguien en el Gobierno que lo escuche».
Desde temprano
Desocupados y trabajadores sindicalizados comenzaron a marchar desde Liniers hacia la Plaza de Mayo poco después de las 9. Los manifestantes ocupaban toda la calzada de Rivadavia desde General Paz hasta Reservistas Argentinos. Entre la marea de gente que comenzó a congregarse poco antes de las 8 se podían identificar las banderas de las organizaciones.
El reclamo que ganó las calles ya tiene su correlato en el Congreso. El Movimiento Evita, a través de su diputada santafesina Lucila De Ponti, consiguió el compromiso de todos los sectores de la oposición para avanzar con el proyecto de ley que declara la Emergencia Alimentaria por dos años y aumenta en un 50% las partidas para comedores y merenderos.
Al respecto del tratamiento legislativo, De Ponti aseguró que se trata de poner en la agenda del Congreso la necesidades de la gente, y agregó: No alcanza sólo con discursos de campaña: el Congreso debe ponerle el cuerpo a la lucha. En un sentido similar se expresó el diputado de Libres del Sur, Federico Masso, que detalló: No nos podemos resignar a que en un país donde se producen todos los alimentos que componen la canasta básica haya más de 13 millones de pobres.
El Hambre no espera fue la consigna bajo la que se realizó la movilización. Los datos que surgen del relevamiento realizado por los movimientos, que le dan sustento no solo a la consigna sino también al proyecto de ley, marcan que el 43% de los chicos que acuden a los comedores y merenderos tienen problemas de mal nutrición.
El recuerdo del camino recorrido el año pasado para sancionar la Emergencia Social les da una luz de optimismo a los dirigentes sociales que enfatizan que «ya se han incorporado 50 mil trabajadores de la economía popular al salario social complementario y este año se lleva ejecutado poco más del 50% del presupuesto de la Emergencia Social, lo que supone que se habrá ejecutado el total cuando llegue fin de año».