La Plata, ciudad en emergencia, es el nombre del proyecto que organizaciones sociales y gremiales presentaron hoy en la capital bonaerense a partir del alarmante crecimiento del desempleo, la pobreza y la inseguridad en nuestra región. El proyecto advierte sobre la declinación de la economía de la sociedad en la capital bonaerense y piden la conformación de una mesa de diálogo con el Estado, trabajadores, sectores productivos, organizaciones sociales y políticas con representación parlamentaria a discutir «medidas contra cíclicas que contrapese la política económica de la nueva gestión.
El proyecto, que fue anunciado hoy y se presentará el jueves en la Legislatura bonaerense y en el Concejo Deliberante de La Plata, lleva las firmas de la Asociación de Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO), la Juventud Sindical Peronista Regional La Plata, Berisso y Ensenada, la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT), la Mesa Regional de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios, el Frente Político y Social Carlos Cajade, y el Frente por el Trabajo y la Dignidad Milagro Sala, entre otros.
A partir del alarmante incremento del desempleo, la pobreza y la inseguridad en la región, las organizaciones solicitamos que se declare la emergencia en el partido de La Plata y se convoque de manera urgente a una mesa de diálogo que incluya a los tres niveles del estado, a los representantes de los trabajadores, de los sectores productivos, a las organizaciones sociales y a los partidos políticos con representación parlamentaria a fin de llevar adelante una serie de medidas contra cíclicas a la agresividad de las políticas de la nueva gestión, explican en los fundamentos del proyecto.
El objetivo de las organizaciones es que el Estado cumpla un rol activo en la defensa de las condiciones de vida de los platenses. Piden desde la ejecución de herramientas para la recuperación y preservación de los puestos de trabajo, la recuperación de los convenios con ONGs abocadas a tareas de Niñez, la adolescencia y mujeres, y la promoción del desarrollo de empresas y cooperativas, hasta la regularización y ampliación de las tarjetas alimentarias y actualizar su monto de acuerdo a los índices inflacionarios y la reapertura de paradores para personas en situación de calle.
La Plata es una ciudad en emergencia. En el último año y medio la pobreza creció 6,6 puntos porcentuales hasta superar el 30%. Son cerca de 40 mil familias platenses que viven en estas condiciones lamentables, subrayan en los fundamentos del proyecto. También denuncian que desde que gobierna Cambiemos en la capital provincial se ensanchó la diferencia entre la canasta básica promedio y el ingreso familiar promedio que ya representa el 37,7% y que la desocupación escaló 4 puntos en el último año y se ubicó en 10,2%.
El proyecto de emergencia fue presentado en la sede del gremio de docentes de la Universidad de La Plata (ADULP), donde los representantes de las organizaciones indicaron que desde la asunción de Mauricio Macri en la presidencia, María Eugenia Vidal en la gobernación y Julio Garro en la intendencia, La Plata ingresó en una pendiente económica.
Nuestra preocupación tiene que ver con el tema tarifario y lo que ha significado el aumento para las familias, explicó Roberto Daud, de Deuco, en la presentación del documento. En 2015 trabajábamos con las organizaciones sociales para incluir usuarios, en ese momento se podía incluir a las familias porque había facilidades de pago, ahora es imposible. Ya estamos hablando de excluidos energéticos, completó.
Ignacio Bruno, secretario general de la Juventud Sindical, recordó los 10 puntos de desocupación y pidió que los legisladores tomen nota del proyecto. Hasta ahora los únicos que nos escucharon fueron los legisladores de Unidad Ciudadana. Queremos que nos esuchen de todos los partidos políticos, remarcó.
Los fundamentos del proyecto cierran con el mismo pedido: Queremos ser escuchados, dice el último párrafo. Necesitamos que los platenses tengamos herramientas para defendernos frente a una desigualdad que avanza por sobre los derechos de todos, sigue. Y concluye: no nos resignamos a ser solo sujetos del ajuste.