Decenas de miles de personas, posiblemente más de un centenar de miles, se hicieron presentes en la Plaza de Mayo a partir de la convocatoria que emanó del Comité de Solidaridad con Bolivia promovido por la CTA de los Trabajadores conducida por Hugo Yasky.

El Comité, conformado el miércoles 13 de noviembre, contó con la participación de organizaciones sindicales pertenecientes a ambas CTA, los gremios que integran el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FreSiMoNa) y la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) así como las organizaciones sociales que integran el triunvirato piquetero de San Cayetano, organizaciones estudiantiles y de derechos humanos.

Luego, a la propia movilización, se sumó el Encuentro Memoria Verdad y Justicia que integran organizaciones de derechos humanos y los partidos de izquierda así como organizaciones sociales como el Polo Obrero cuya columna destacó por la masividad pero especialmente por el colorido de sus wiphalas y banderas bolivianas así como por la presencia masiva de trabajadores de la comunidad de ese país.

Lo mismo se notó especialmente en otras columnas de organizaciones sociales como La Poderosa, el MTL y el MTR, entre otras. Es que la marcha sirvió no sólo para poner de relieve la conmoción que ha generado entre el pueblo argentino el Golpe de Estado en Bolivia sino también como un canal para que los mismos bolivianos residentes en la Argentina pudieran manifestar su repudio y aportar a la lucha para derrotar el golpe de Estado en su propio país.

La movilización arrancó a las 14 horas de la 9 de julio y avanzó por avenida de mayo hasta colmar la plaza. No todas las columnas pudieron ingresar por la masividad de la convocatoria. Luego de la performance de algunos grupos de la comunidad se exhibió un breve video en el que el mismo Evo Morales envío un saludo a los manifestantes en el país y expresó “su admiración por el pueblo argentino que defiende la democracia y especialmente la Patria Grande”.

En seguida se dio lectura al documento consensuado entre las organizaciones que integran el Comité de Solidaridad con Bolivia que se pronunció “contra el golpe fascista en Bolivia y por la democracia, la igualdad y la paz en América Latina”.

Según las organizaciones firmantes “el domingo 10 de noviembre se consumó un golpe cívico-militar en el Estado Plurinacional de Bolivia, luego de que la comandancia de las Fuerzas Armadas, “sugiriera” al presidente Evo Morales que renunciara a su mandato constitucional.”

Para ellos “su renuncia sólo puede ser entendida como una ruptura del orden constitucional, un golpe de Estado”. Asimismo denunciaron que “la consumación del golpe se perpetró con la actuación de bandas civiles, parapoliciales y policiales, que se comportaron con la lógica de “territorio liberado” y amedrentaron a la población en general”.

El documento asegura que “la brutalidad fascista del golpe repuso, de modo explícito, el racismo y el colonialismo al quemar la whipala, el símbolo milenario de los pueblos originarios de Abya Yala y de la visibilización de las y los sujetos indígenas en la constitución del Estado Plurinacional de Bolivia. A esto se le suma la imposición violenta de la Biblia en el palacio de gobierno”

Del mismo modo destacaron que “la imposibilidad de constitución de la Asamblea Legislativa, dada la represión y persecución a los y las parlamentarias del MAS, les garantizó a los golpistas la autoproclamación de la senadora opositora, Jeanine Añez”

El documento ubicada la asonada en Bolivia como parte de “la serie golpista iniciada en Honduras, los intentos infructuosos de desestabilización en Venezuela, el golpe palaciego en el Paraguay de Lugo, el golpe contra Dilma Roussef en Brasil, a los que se agregan los estados de excepción en Ecuador y Chile” que, según denuncian en el documento todo ese proceso es “asistido y monitoreado por el imperialismo que tiene entre sus objetivos la completa apropiación de los recursos naturales como el litio”.

Por último denuncian que “el gobierno argentino, así como otros gobiernos antipopulares de la región, se han negado a calificar la situación boliviana como golpe de Estado”. Al mismo tiempo destacaron que “la OEA, a su turno, jugó un rol fundamental en la desestabilización política y mostró a su secretario general, Luis Almagro, como un verdadero lacayo de los intereses norteamericanos”.

Por último, el autodenominado “Comité de Solidaridad con Bolivia, contra el golpe, el fascismo y el racismo, y por la democracia, la igualdad y la paz en nuestro continente” exige que “cesen las detenciones arbitrarias, se proceda a la libertad inmediata de las personas detenidas, se garantice el pleno funcionamiento de Bolivia TV, Radio Patria Nueva y otros medios contrarios al golpe, así como se garantice la integridad física de las y los periodistas” y que “el gobierno de Mauricio Macri y los demás gobiernos de la región condenen el golpe; se desconozca cualquier autoridad ilegítima surgida por fuera del orden constitucional del  Estado Plurinacional de Bolivia”. Al mismo tiempo se pronunciaron en favor de que “la resistencia de las organizaciones sindicales, campesinas, de mujeres, vecinales, indígenas logre con su lucha reponer la democracia en Bolivia y echar a los golpistas”.

Luego del documento y a pesar del diluvio que cayó en la ciudad se desarrolló un festival del que participaron artistas de renombre como Teresa Parodi.