Este viernes, poco después de reunirse con el presidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete Marcos Peña, el ministro del Interior Rogelio Frigerio y con los tres mandatarios provinciales del radicalismo para hablar sobre el tarifazo, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal salió rauda hacia la ciudad de Mar del Plata para participar de la Semana Social 2018. Su objetivo: escuchar de cuerpo presente las mismas críticas que le hizo hace dos semanas el papa Jorge Mario Beroglio en Roma, cuando la mandataria viajó al Vaticano acompañada por la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley y su consorte Federico Salvai, jefe de Gabinete bonaerense. El malestar de Francisco, que los voceros oficiales se empecinaron por relativizar durante dos semanas, fue oficialmente enunciado por el obispo de San Isidro, Oscar Ojea, presidente del Episcopado. En el discurso de apertura, con Vidal delante, el sacerdote apeló a las consecuencias negativas del ajuste que impulsa el Gobierno, “que tiene condiciones objetivas para evitar o corregir tales daños, pero que lamentablemente pareciera optar por agravar aún más las desigualdades”. “Pensamos sinceramente que el nivel de inequidad en la sociedad en que vivimos es enorme y cada vez se acentúa más. Sin querer entrar a dar demasiados números en el orden de desigualdad entre los ingresos, el 60% de los argentinos asalariados gana menos de 15 mil pesos. Ante esta realidad es imposible que la Iglesia no deje de afirmar que al ajuste no lo tienen que pagar los pobres”, dijo el prelado, poco antes de arremeter contra la media sanción del proyecto de “Interrupción Voluntaria del Embarazo”.
El mensaje político del clero retumbó en los oídos de Vidal y Stanley, dos de las encargadas de la política social del PRO, desde la llegada de Macri a la jefatura de Gobierno porteño en diciembre de 2007.Delante de las defensoras del slogan “pobreza cero” de la gestión Cambiemos, Ojea les habló. “Si nos escuchamos sólo a nosotros mismos tapamos el grito verdadero del pobre. Cuando nos apuramos a dar recetas de escritorio, seguimos escuchándonos a nosotros mismos. Es necesario ser testigos directos de las necesidades que se expresan, de lo contrario caeríamos en la contradicción de hablar mucho de los pobres pero estar demasiado poco con ellos”, dijo el cura, en la primera de dos jornadas donde participaron más de 200 referentes políticos, convocados por la Comisión Episcopal de Pastoral Social que preside Jorge Lozano, en Mar del Plata, una obsesión personal de Vidal, por ser la ciudad del país que registra la mayor tasa de desempleo desde la llegada de Macri al poder. «