En medio de los cuestionamientos por la doble vara de la justicia, el empresario Ángelo Calcaterra rompió el silencio después de su fugaz paso por Comodoro Py. Como era previsible, el primo de Mauricio Macri eligió un medio afín al gobierno – en este caso el diario La Nación – para dar su versión sobre el escándalo de las fotocopias del chofer Oscar Centeno. “No tengo miedo de ir preso”, afirmó el ex titular del Grupo Iecsa, con la certeza de estar planteando una posibilidad demasiado remota tras su presentación a declarar ante el juez Claudio Bonadío.
“Mi familia me dio todo el apoyo para que hiciera lo que hice. Y Mauricio, cuando le expliqué, me dijo: ´Pero vos no estás en la causa´. No sabía mucho lo que estaba pasando y le dije: ´Es una decisión que tengo tomada; lo voy a hacer´”, fue el relato de Calcaterra.
Al justificar por qué incurrió en supuestos pagos ilegales, el empresario dijo que en las campañas de 2013 y 2015 les reclamaron aportes para la campaña electoral, lo que les permitió seguir trabajando a pesar de estar en la vereda de enfrente del gobierno de entonces.
El empresario se mostró como una víctima de la corrupción y dijo que en 2015, cuando su primo ganó las elecciones presidenciales, le empezaron a “meter denuncias de todo tipo”.
Al ser consultado a quién le pagaba las supuestas coimas, apuntó directamente a Roberto Baratta, la mano derecha del ministro Julio De Vido. “Te apretaban y vos la ponías”, destacó sobre sus aportes.
Para terminar su guión, Calcaterra desmintió que sus “aportes” fueran sobreprecios que había pagado para conseguir y liberar obras. “Con las obras nunca ganás plata, porque es un sector muy duro donde empezás con un precio y entre la inflación, la demora de los pagos, las tasas y demás te destrozaban”, concluyó como si Iecsa fuera una pyme.