Mientras el Gobierno de la Ciudad gastará 16 millones de pesos en máquinas expendedoras de bebidas calientes para el Ministerio de Educación, las viandas para los chicos llegan cada vez más exiguas. “Miren las ‘viandas’ que entrega hoy Larreta en el Distrito Escolar 11 (Bajo Flores) luego de empujar a más de la mitad de los niñxs a vivir en situación de pobreza. Gastan en pauta publicitaria lo que deberían invertir en salud y educación. Y la fruta? #LarretaEsMacri”, tuiteó el secretario general de la Unión de Trabajadores del Estado (UTE–CTERA), Eduardo López. En las imágenes se ven los sándwiches de pan de salvado enviados por la concesionaria «Alimentos Integrados SA» del tamaño de una lapicera, con sólo dos finas fetas de queso. Y una pequeña barra de cereal de postre.
«De un tiempo a esta parte fue disminuyendo notoriamente la calidad de las viandas. El año pasado eran dos sándwiches de jamón y queso y otro de medallones de pollo o pescado, una fruta y una barrita de cereal. Ahora es sólo un sándwich de queso y una barrita. Con hambre no se puede estudiar», reclama Amancay Benetti, docente en la escuela de jornada completa N° 4 «Benjamín Zorrilla» del Distrito Escolar 11, en San Pedrito 1415, pleno Bajo Flores, una de las que recibió las viandas de las fotos.
«Trabajamos con una población de zonas vulnerables, como son los chicos de edificios Castex y Fonavi, alumnos de la 1-11-14, Soldati, Ramón Carrillo. Para muchos de los chicos, la de la escuela es la única comida del día, sobre todo en los tiempos que corren». Ya en octubre de 2018 la comunidad de la escuela «Benjamín Zorrilla» había alertado al Ministerio de Educación por la quita de 30 raciones diarias, y la ausencia de pan que no fue reemplazada por ningún otro alimento.
El actual pliego de licitación sobre los alimentos escolares cubre los años 2018-2020. Lo destinado parece grande: 2.099 millones de pesos. Sin embargo, son apenas 69,19 pesos por chico, una cifra menor a los 72,80 por vianda que estipularon los pliegos originales, y con una inflación de casi el 60% anual. A diferencia de redeterminaciones de precios que hubo para concesionarios de veredas o transporte, en estos meses los números de las viandas escolares no se actualizaron. Otro factor clave es que la cartera educativa decide la cantidad de envíos tomando una «asistencia media» de alumnos de cada colegio, decidida en un día al azar en la que van representantes del concesionario. Si ocurre en una jornada de asistencia baja, las raciones no alcanzarán un día donde vayan todos los alumnos.
Hace una semana, treinta chicos fueron intoxicados tras almorzar pizza en mal estado en la escuela pública Francisco de Vitoria de Villa Crespo, provistas por la Ciudad. Los niños fueron trasladados en observación a los hospitales Durand y Fernández. Los mismos que habían denunciado días atrás la presencia de bichos en pasteles de papa. Varios que asisten a doble jornada resolvieron no comer más en la escuela.
«Muchas veces las frutas vienen podridas, machucadas. Acá en esta escuela las raciones son muy escasas, más teniendo en cuenta que la noche anterior quizás los chicos no cenaron. La semana pasada, por ejemplo, no alcanzaron las viandas para los maestros de turno», remarca Benetti.
Otro factor que se sumó a la crisis alimenticia en las escuelas porteñas fue la modificación en la modalidad para tramitar las becas: con nuevas trabas burocráticas a los padres –ahora deben completar formularios online de diez pasos y declaraciones juradas–, este año el gobierno entrega un 8% menos de raciones respecto al 2018, a pesar de que la demanda aumentó considerablemente.
cuestión de prioridades
En los últimos diez años el presupuesto en Educación del Gobierno porteño pasó del 27 al 17% del total. De esta manera se convirtió –en términos porcentuales– en el más bajo de todo el país. Sin embargo, la gestión Larreta destina grandes sumas a otros temas. En un contexto de ajustes y recesión sorprendió la publicación de la disposición N° 834/DGCYC/19 a principios de semana en el Boletín Oficial de la Ciudad, para contratar en la sede de la cartera educativa porteña “expendedoras de bebidas calientes en comodato”. Serán
$ 16.080.000 por 24 meses.