Por la mañana los noticieros informaron sobre la aparición de M., la nena de 7 años en situación de calle que estaba desaparecida. Iba en la bicicleta de su captor, Carlos Savanz, y estaba cubierta con un cartón para resguardarse del frío. Detrás de esta historia, se vislumbran muchas otras de niñas, niños y adolescentes que no tienen techo y que, como consecuencia, no están escolarizados y tienen dificultades para acceder al sistema de salud.
La permanencia en el programa educativo es una de las principales problemáticas que impone la situación de calle. Al no tener un domicilio fijo ni comida garantizada, sostener la asistencia a la escuela se vuelve difícil. De eso habla Elizabeth Quintero, referente del Programa Aylluman Kutina (“volviendo a la comunidad” en quechua) del SERPAJ, Servicio de Paz y Justicia, la organización dirigida por el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel. Desde el año 1997 trabajan con las familias de niños, niñas, adolescentes que no tienen vivienda en la Ciudad de Buenos Aires.
“El mayor problema es la falta de contención psicosocial. Los niños no asisten a la escuela pierden la regularidad porque es muy difícil sostener una trayectoria educativa cuando no tenés un lugar fijo donde estar. Entonces terminan perdiendo la conexión porque llegan tarde o se duermen en el aula. Es lo esencial, no reciben una contención que sirva para empoderar al chico, que comparta. No solo en la educación formal, sino en otras. No tienen espacios donde puedan estar contenidos más que los de la familia, que a veces también vulnera derechos sin saberlo. Porque yo supongo que una pobre mamá con consumo no está pensando en el mal que le hace a la nena. Está pensando que su cuerpo necesita algo para seguir sosteniendo la situación”, le dijo Quintero a Tiempo Argentino.
Otra de las vulneraciones tiene que ver con la falta de seguimiento sanitario. Muchas de las niñas y los niños no acceden al cronograma de vacunas o a las consultas médicas porque no figuran en el sistema. “La gente en situación de calle no vive, sobrevive y lo hace con un montón de vulneraciones de derechos. Para acceder al hospital tenés que estar documentado y el pibe no tiene documento porque, a veces, las mamás se suelen fugar de los centros de salud después de dar a luz porque sienten el maltrato. No realizan el DNI en ese momento y después el chico tarda meses en conseguirlo, por lo cual no recibe las vacunas porque tenés que estar inscriptos para poder acceder a determinados derechos. La falta de vivienda hace que no se puedan sostener estas cuestiones”, describió la titular del programa.
Quintero también resalta la independencia prematura que genera la “monetarización del vínculo con las familias”. “Los nenes tienden a sobreadaptarse, terminan naturalizando algo que es tristísimo. Los vínculos familiares en la calle suelen estar monetarizados, a veces el chico es el que junta dinero. El pibe muchas veces significa eso y se independiza rápido. Descubre que puede generar dinero y vivir solo. Después vemos nenes de trece o doce años que no están viviendo con las familias. Tiene una independencia económica que genera distancia de su referente adulto. Hay papás que no pueden sostener sus vidas y que pueden tener problemas de consumo o alcoholismo. Otros, simplemente depresión de esa situación extrema de la cual están pasando. El problema es la ausencia o existencia del Estado”, comentó la especialista.
“Es simplemente supervivencia y después hay un escándalo cuando el pibe reacciona porque está cansado de la situación. Todo eso es consecuencia de que hay un Estado que debería estar a cargo de la protección integral de los niños porque para eso tenemos leyes hermosas. Nuestras leyes de protección son buenas. El problema es que en la Ciudad de Buenos Aires nadie las aplica. Porque nadie escuchó a esa nena, nadie le preguntó qué quería, nadie fortaleció a esa mamá en su cuestión de consumo. La gente tiende a estigmatizar, seguramente que si esa nena o un nene de su edad entran a una panadería a robar facturas, son delincuentes. Y también son chicos que están siendo vulnerados en sus derechos y también hay un adulto que no lo cuida y un Estado ausente que no está viendo lo que vive en los nenes en la calle”, sentenció.