«¿No me grabás un video para mi hija que duda votar la boleta completa del Frente de Izquierda?», le preguntan a Nicolás del Caño y el candidato a presidente accede con una sonrisa. A mitad de semana ya recorrió dos provincias y llegará a otros dos distritos antes del domingo. «Tenemos el aporte de miles de compañeros y compañeras militantes y simpatizantes que están en el boca en boca, con redes sociales y los recursos que encontramos disponibles», cuenta el diputado que periódicamente se convierte en un hit en Twitter o Facebook por sus imaginativos spots.
Casi risueño, cuenta que hace poco le preguntaron cómo haría el socialismo para atraer inversiones. «Eso habría que preguntarle a Macri que prometió una lluvia de inversiones y lo único que vino es dinero para la timba financiera. Y las que llegaron a Vaca Muerta fueron a costa de una flexibilización laboral y superganancias que garantiza el Estado. Nosotros decimos que la plata no puede fugarse», explica del Caño.
–¿Qué significa ser de izquierda?
–Significa pretender otro sistema social en donde exista en primer lugar una igualdad real, sin que tengamos uno de cada dos niños y niñas pobres en la Argentina. El socialismo es que los recursos que se lleva un puñado de terratenientes, banqueros, capital financiero y grandes empresarios estén volcados a las grandes mayorías y que a partir de esa igualdad real se pueda vivir en una libertad plena. Que los individuos puedan desarrollarse con su propia sensibilidad, intereses, gustos. Significa luchar contra cada injusticia, luchar por los derechos de cada laburante, de la juventud, de las minorías sexuales, de las mujeres.
–¿Cómo hace el FIT para organizar su campaña frente a los partidos mayoritarios?
–Hay una primera pelea contra la polarización que se retroalimenta, sobre todo de parte del gobierno de Jaime Durán Barba y de Cambiemos. Decían que las PASO no eran necesarias y ahora parece que son una especie de segunda vuelta directamente, intentan borrar del escenario a las demás fuerzas para disminuir la voz de la izquierda. En los últimos años tomamos bastante relevancia con 40 bancas parlamentarias en todo el país, con la participación en las distintas luchas de las mujeres, de los jóvenes, contra el ataque a los jubilados, en defensa del medioambiente.
–¿A qué se debe ese crecimiento?
–A una coherencia de la izquierda, que siempre estuvo del mismo lado. El cierre de listas mostró un gran «panquequismo» a nivel de los partidos tradicionales, hay candidatos que podrían haberse postulado en distintos partidos, mientras que el FIT tuvo una coherencia en distintas cuestiones, como el aborto. Desde que fundamos el FIT, ese es uno de los puntos programáticos de nuestra plataforma. Muchos dicen defender a los más vulnerables pero cuando tuvieron que votar el ajuste previsional no les tembló el pulso para meterles la mano en el bolsillo a los jubilados y hoy son parte del Frente de Todos.
–En el Partido Obrero hubo una crisis que terminó con la salida de algunos dirigentes históricos, ¿eso puede afectar la campaña del FIT?
–Lo que señalaron los compañeros que pertenecen a la conducción actual del Partido Obrero como Jorge Altamira y Marcelo Ramal es que son parte del FIT. Hemos hablado con ellos y todos reivindicaron su pertenencia al frente. Desde su conformación en 2011 somos distintos partidos en el FIT, el PTS, PO, Izquierda Socialista y ahora se sumó el MST, y también está Poder Popular, donde una de sus referentes es María del Carmen Verdú, una incansable luchadora contra la represión institucional. Coincidimos en cuestiones muy profundas, pero la diversidad nos fortalece. Rotamos las bancas entre los distintos partidos porque este es un puesto de lucha no un cargo para atornillarse.
-Durante el gobierno de Macri la mayoría de la gente perdió gran parte de su poder adquisitivo, ¿por qué piensa que aún tiene la posibilidad de reelegir?
–No estaría tan seguro. Tenemos que tomar con pinzas lo que dicen los consultores y encuestas de los distintos sectores en que puede haber habido una recuperación en la intención de voto de Macri. Hay muchos sectores que están desencantados por la pérdida del empleo, del poder adquisitivo, entre otras cuestiones. El FMI viene sosteniendo al gobierno de Macri y logró estabilizar una situación que era muy crítica pero que no ha llegado a lo que fue 2001. Hay sectores que tampoco tienen expectativas en votar al peronismo que gobernó muchísimos años, por ejemplo en la provincia de Buenos Aires. Los problemas estructurales que hay en la Argentina no son algo nuevo. Sí se profundizaron de manera muy clara durante este gobierno, al igual que el endeudamiento: muchos sectores que aún no perciben lo que eso trae aparejado hoy y en el futuro, un ajuste brutal contra los trabajadores para cumplir con el FMI. Lo peor está por venir de la mano del FMI, gobierne quien gobierne.
–»Son lo mismo» fue una frase que en la campaña 2015 produjo mucho revuelo y se le atribuye al FIT como estrategia para igualar al macrismo y el kirchnerismo, ¿existió?
–Esa frase es un intento de ridiculizarnos. Nosotros convocamos a rechazar a los dos candidatos en el balotaje tomando algo que dijo el programa 6,7,8 cuando se anunciaron las candidaturas de Macri, Daniel Scioli y Sergio Massa. Señalaron correctamente que eran los candidatos de los fondos buitre. En eso coincidían claramente, también en el planteo de la devaluación, baja de retenciones, ajuste de tarifas. Un núcleo de medidas que apuntaban al ajuste contra el pueblo trabajador. «