El ex presidente Carlos Saúl Menem murió a los 90 años este domingo en el Sanatorio Los Arcos de la Ciudad de Buenos Aires, donde estaba internado desde hacía meses por una infección urinaria. Sus dos mandatos presidenciales serán recordados en la historia como aquellos que de manera democrática instauraron el neoliberalismo en el país y por haber sido el único presidente preso, -apenas cinco meses de domiciliaria en una quinta- por tráfico ilegal de armas a Croacia y Ecuador. Desde Casa Rosada definirán cómo se llevará adelante el duelo oficial que corresponde a un ex presidente
Menem murió en funciones. Era uno de los senadores que desde su Frente Justicialista Riojano formaba parte del oficialismo nacional, el Frente de Todos. Su última intervención política fue a través de su hija Zulema Yoma, quien dijo que iba a intentar que su padre vote en contra de la legalización del aborto, en diciembre. No pudo ser porque su estado de salud se agravó.
Menem privatizó los servicios de agua, gas y electricidad, las comunicaciones, los altos hornos y el acero, los ferrocarriles, Aerolíneas y la petrolera estatal YPF. También instauró el régimen privado de jubilaciones, las conocidas AFJP, lo que dejó afuera del sistema previsional a millones de jubilados.
A su vez, el senador peronista amnistió a los jefes de la dictadura que habían sido condenados por delitos de lesa humanidad.
Convocó a Domingo Cavallo, que aceleró el proceso de quiebras en la pequeña y mediana industria y fundió a los productores del campo. Privatizó las jubilaciones y creó la estafa de las AFJP. Millones de ciudadanos quedarían sin jubilación en el futuro.
El tráfico ilegal de armas a la guerra civil en la ex Yugoeslavia, y a Ecuador en plena guerra con el Perú -cuando Argentina era garante de paz en el conflicto- se suman a los atentados terroristas contra la embajada de Israel y contra el edificio a la AMIA durante su gobierno, que obstaculizó la investigación.
Fue el único ex presidente desde 1983 que cumplió prisión, por la causa del tráfico ilegal de armas. Sin embargo, apenas 167 días, acompañado de la esposa de ese momento Cecilia Bolocco, e instalado cómodamente en la quinta de su amigo Armando Gostanián, en Don Torcuato, por ser presuntamente el jefe de una asociación ilícita, a mediados de 2001.
De la mano de su super ministro Domingo Cavallo, instauró un tipo de cambio forzado que igualaba el peso al dólar, lo que generó desindustrialización, cierre de fábricas, e inundación de productos extranjeros.
Cuando intentó volver a la presidencia en 2003 ganó en primera vuelta, pero en la segunda se dio de baja al ver que el patagónico Néstor Kirchner iba a ser el ganador.