“Hoy estamos acá y traemos con nosotras a las 15.000 obreras textiles neoyorkinas que marcharon por la jornada de 8 horas a principio del siglo XX, a las inglesas y francesas sufragistas, a las rusas que comenzaron la revolución de 1917 contra el zar, a las feministas negras de los 60, a las que abrieron camino por nuestros derechos sexuales, a las grandes figuras y a las heroínas anónimas; a las desaparecidas y asesinadas en este camino de lucha”, leyó la periodista y locutora Liliana Daunes desde el escenario ubicado en la Plaza de mayo. Frente a ella, decenas de miles de mujeres poblaban el espacio en el que ocurrieron los principales hitos políticos del país. El mismo que 24 horas antes no quiso pisar el triunvirato conductor de la CGT.

Las imágenes de esa plaza rebalsada que todavía replican las redes sociales son quizás las más multitudinarias de una serie de manifestaciones que se produjeron en más de 50 países en simultáneo. Pero la impronta local estuvo claramente presente tanto en el documento consensuado por la organización de la marcha local, como en la calle. Daunes leyó consignas que traspasaron el reclamo de #NiUnaMenos y #vivasnosqueremos. Allí también hicieron mención a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre las consignas que se escucharon en la masiva movilización se pidió por la libertad de Milagro Sala y de las cuatro compañeras de la Tupac Amaru presas en Jujuy, se cantó contra el ajuste que propone el gobierno de Mauricio Macri y la Alianza Cambiemos y contra la precarización laboral. “Salimos a las calles en defensa de nuestras vidas y por nuestros derechos como mujeres y como trabajadoras. Paramos las ocupadas y desocupadas, las asalariadas y las que cobramos subsidios, las cuentapropistas y las que realizamos tareas domésticas y de cuidado. Pedimos la reincorporación inmediata de todas las despedidas y todos los despedidos”, leyó Daunes. El documento consensuado también destacó: “Como mujeres, lesbianas, travestis y trans reclamamos el acceso a todas las categorías en igualdad de condiciones que los varones. No a la brecha salarial que nos relega, en promedio, a cobrar un 27% menos. Basta de trabajos precarios y de discriminación laboral”.

En el texto consensuado también se pidió por el aborto legal, seguro y gratuito. “El aborto clandestino es la principal causa de muerte de mujeres gestantes. El aborto ilegal es femicido en manos del Estado”, plantearon, al mismo tiempo que recordaron que en 2016 fue presentado por sexta vez en el Congreso el proyecto para regularizar la Interrupción voluntaria del embarazo. Allí también señalaron a los seis países latinoamericanos que aun tienen prohibición absoluta del aborto: “los estados femicidas de El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Haití y Surinam”.