El kirchnerismo comienza a mostrar los primeros indicios de la incipiente estrategia a mediano plazo para encarar la agenda política, social y económica, frente a un gobierno nacional que parece haber entrado de lleno en la fase dura de su plan económico. En ese sentido, figuras políticas con peso específico propio del denominado movimiento nacional y popular comenzaron a caminar territorios clave por su peso electoral, como la Provincia de Buenos Aires y populosas ciudades de otras provincias argentinas.
Así puede verse a dirigentes intensificar sus visitas a otros territorios. Por caso, el fin de semana, el actual intendente de la Ciudad de Resistencia, exgobernador del Chaco y exjefe de Gabinete, Jorge Capitanich visitó La Matanza, se reunió con la jefa comunal local Verónica Magario y posteriormente disertó junto al diputado nacional Máximo Kirchner en el Ateneo Néstor Kirchner, ubicado en Almafuerte al 2900, a metros de la plaza céntrica de San Justo.
En un ANK colmado y ambientado con música de Los Redondos y los cantos de los jóvenes camporistas y de otras agrupaciones, al Ateneo también se acercaron los diputados provinciales por UC Juan Debandi, Facundo Tignanelli, el jefe de Gabinete del Municipio de La Matanza Alejandro Rodríguez, el secretario del Honorable Concejo Deliberante matancero Miguel Bampini, el presidente del bloque de concejales del PJ Ricardo Rolleri, el empresario peronista de la carne Alberto Samid, entre otros.
Allí, tanto el intendente de Resistencia como el diputado trazaron un descarnado análisis de la gestión macrista y a la vez plantearon algunas líneas de acción que ya están en marcha. Estamos aquí porque lo estamos haciendo a lo largo y a lo ancho de la República Argentina. Con el objetivo de decirle a todo el pueblo argentino que hay 2019. Queremos decir que hay un mensaje de esperanza. No solamente para unir esfuerzos y voluntades con el objeto de ganar las elecciones del año 2019, sino para defender los intereses del pueblo argentino, de nuestra patria. Este pueblo que sufre el efecto de una crisis autoinflingida por el gobierno, definió Capitanich.
Quedó claro que, en medio de una relación complicada con el peronismo no cristinista, sin dejar de lado Unidad Ciudadana, el kirchnerismo quiere avanzar hacia la ampliación de un frente no sólo en lo político, sino en lo social, intentando interpelar y reconectar con aquellos sectores medios y bajos que respaldaron a Cambiemos y hoy se decepcionaron.
Lo que viene
Movilización, debate e inclusión, de manera democrática. Estos son tres de los ejes por los que navegará el kirchnerismo, al menos en el corto y mediano plazo, sobre todo frente a las políticas encaradas por el gobierno nacional que, según enfatizan as fuentes consultadas por Tiempo, «endeudaron y restaron poder adquisitivo a sectores vulnerables de la sociedad argentina, como trabajadores en relación de dependencia, pequeñas y medianas empresas, comerciantes, estudiantes, científicos, cuentapropistas, changarines, jubilados, entre otros, con medidas como los incrementos de tarifas, apertura indiscriminada de importaciones, y regreso al Fondo Monetario internacional».
En este sentido, lo que se plantea es mayor participación ciudadana pacífica, en los debates y sobre todo en las calles, en oposición a la no política y al sentido común que intenta implantar en la sociedad argentina que los políticos son todos iguales. Un llamado a recuperar la autoestima, a responder con acción, con participación, a los cuadros políticos provenientes del empresariado en el gobierno nacional que sostienen que los argentinos hacemos todo mal y que se proponen como una solución al fracaso argentino delegando, de manera programática y no azarosa ni forzada, la conducción de la economía argentina en el FMI.
A su turno, el diputado Máximo Kirchner, expresó: No se trata de reconstruir lo que fue. Tenemos que tener la inteligencia y la amplitud suficiente para construir lo que viene. De acá tenemos que salir a convocar a más argentinos para construir más participación. Más participación ciudadana, va a reducir el margen de error de los dirigentes. Y planteó: «No nos podemos enojar con aquellos que creyeron y les prometieron una Argentina mejor. No es hora de enojarse con el engañado. Hay que enojarse con el que engañó. Y hay que volver a ver a los vecinos y a las vecinas para tratar de construir un frente amplio, plural policlasista.
Tenemos que ir casa a casa, cuadra a cuadra, barrio a barrio, para ir a explicar que en estos días se va a jugar una patriada grande la Argentina, insistió. Si la Argentina regresa al Fondo Monetario Internacional les puedo asegurar que va a ser muy difícil volver a sacarlo. Es la sociedad argentina, somos nosotros los que tenemos que definir si esto sucede o no. Y esto se hace movilizándose. Demostrándole al presidente en paz, con esa cuestión mansa que tenemos los argentinos de que no queremos otra vez al Fondo Monetario Internacional, definió. En el corto plazo, esto se traducirá, entre otras medidas, en una movilización el próximo 25 de mayo al Obelisco, a partir de las 13 horas, para decirle no al Fondo.
También, respecto al trabajoso diálogo con el peronismo no kirchnerista hacia una búsqueda unificadora, Máximo Kirchner reiteró un concepto que ya planteó: Creo en la unidad. Pero si nosotros, en este tiempo que corre ahora, si en las plazas, en las calles y en la cámara de diputados y senadores donde hay que realmente que dar la cara, no podemos construir una unidad que frene el endeudamiento de la Argentina, que frene los tarifazos, si no podemos construir una unidad hoy, mañana, pasado mañana para defender a la gente, que no cuenten con nosotros para construir una unidad que sólo se trate de ganar una elección, advirtió.