Hasta que Máximo Kirchner no lo invitó al acto del 25 de Mayo, Sergio Massa tenía previsto viajar a Paraguay para encontrarse con el mandatario electo de ese país, el colorado Santiago Peña. Cuando recibió la convocatoria cambió de planes, postergó el vuelo a Asunción y devolvió la gentileza: le propuso al diputado y titular del PJ bonaerense que se sume a la comitiva que partirá este domingo hacia China.
Luego de ese intercambio de gestos, este sábado el ministro de Economía viajó hasta Mercedes con su par de Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, para participar de la inauguración del tren turístico que conecta con el pueblo bonaerense de Tomás Jofré.
El nuevo recorrido ferroviario fue recuperado por Trenes Argentinos, que está en la órbita del Ministerio de Transporte que conduce el massista Diego Giuliano. De Pedro es oriundo de Mercedes. Los dirigentes del Frente Renovador lo invitaron al viaje inaugural y le pidieron que fuera el único orador como dueño de casa. El titular de la cartera de Interior viene de lanzar su precandidatura presidencial como «hijo de la generación diezmada» que reivindicó Cristina durante el discurso en Plaza de Mayo para conmemorar los 20 años de la asunción presidencial de Néstor Kirchner. Lo hizo para definir a esa franja etaria como su heredera.
En Mercedes Wado habló como precandidato pero le dejó el estribo del cierre a Massa. El tigrense dijo que no quería hablar pero no se resistió mucho. También habló con el traje electoral puesto, pero antes de concluir acuñó una frase que le dio más fuerza a las especulaciones sobre el diseño definitivo de las candidaturas del FdT y si será por un pacto de unidad o por las PASO.
«Con Wado compartimos muchas horas, muchos días. Nos peleamos en algún momento. Nos juntamos cuando vimos a la Argentina en peligro, cuando vimos que no había límites y todo era para unos pocos. Empezamos a pensar como repensar esa idea de la gran familia que hoy representa el Frente de Todos, con sus diferencias. Como dijo Wado, podemos cometer errores. Los cometimos, muchos. Pero no tengan dudas que gobernamos con el corazón en la mano y pensamos la Argentina con convicción y sueños de futuro. Y eso no va a cambiar. Podemos tener un lugar o el otro, pero no tenemos preocupación por cuál es el lugar que nos toca», disparó el tigrense antes de concluir el acto.
La decisión de Massa por mostrarse prescindente del lugar en la boleta confirmó que están todas las posibilidades en danza. Se reforzaron desde que Cristina decidió hablar el 25 en el escenario acompañada por Máximo, De Pedro, Massa, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el ministro provincial de desarrollo social, Andrés «Cuervo» Larroque, y la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner. También estaba el dirigente Juan Grabois, que lanzó su precandidatura hace una semana, pero detrás de las Madres de Plaza de Mayo.
Arriba del escenario no estuvieron ni el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, ni el embajador en Brasil, Daniel Scioli. Las ausencias y las presencias detrás de CFK marcaron un primer mensaje sobre los competidores que ella está dispuesta a habilitar. El viaje a Mercedes que este sábado que protagonizaron Massa y Wado era la foto de distensión que estaban esperando dentro del Frente de Todos después del acto del jueves.
Pero es sólo una escala más para las negociaciones que continuarán en China. En la comitiva hay dirigentes con lapicera para continuar con los intercambios. Junto a Massa van más de diez altos funcionarios y legisladores. Entre ellos hay viajeros que tienen mucho peso en los diálogos electorales que mantiene el massismo con el kirchnerismo y el albertismo. Al avión se subirá el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, de estrecha confianza del presidente, mientras que La Cámpora lleva a Kirchner y a la secretaria parlamentaria del bloque del FdT, Paula Penacca. También viajará la presidenta de la Cámara Baja, Cecilia Moreau, que es dirigente del Frente Renovador, pero tiene una excelente interlocución con Cristina, Máximo y Penacca.
Este sábado en Mercedes circuló una versión que no pudo ser confirmada por este diario. Distintos funcionarios susurraron que hubo una reunión entre la vicepresidenta y el gobernador bonaerense que no concluyó con coincidencias. Al parecer Kicillof se habría resistido a una eventual candidatura presidencial. Su jefe de Asesores, Carlos Bianco, dijo que sólo lo haría si se lo pide Cristina. El pedido habría comenzado a corporizarse y el mandatario habría jugado sus argumentos en contra.
Cristina mantiene una interlocución cotidiana con Massa y analiza todos los escenarios posibles. Uno de ellos es que el tigrense no juegue la presidencial y que pelee por la provincia de Buenos Aires. El Frente Renovador tiene su base electoral más fuerte en ese territorio y respalda la reelección de Kicillof. Sin embargo, uno de los dirigentes del massismo que viajó a Mercedes reconoció que están todas las opciones abiertas y que la pelea por la provincia no les pasa de costado. «Si Cristina impulsa a Axel habría que ver cuál es el rol de Sergio y podría ser la Provincia», sostuvo con mucha cautela.
«Esta semana va a ser crucial para definir el rol de Sergio en la coalición, porque estará una semana con Máximo en China y de ahí vendrán con las listas amadas y casi definidas», vaticinó una importante fuente del oficialismo en la Cámara Baja, donde desde hace dos semanas hay reuniones reservadas en el despacho de Kirchner. Hubo momentos para organizar el acto del 25 y otros para contener y volver a hilvanar las diferencias que saltan de las negociaciones electorales entre los socios del panperonismo.
Massa está empeñado en la pelea presidencial y, al igual que Cristina, no quiere PASO. Cuando Grabois lanzó su precandidatura hace una semana y le tiró munición gruesa, el tigrense se incomodó y convocó al congreso del FR para el 10 de junio. También dijo que todavía había que definir si seguían en el FdT. Pocos días después en su entorno sostuvieron que si hay primarias podría competir el gobernador reelecto de Salta, Gustavo Sáenz. El intento no prendió, pero alcanzó para demostrar que el massismo realmente no analiza dejar la coalición oficialista. Cerca del ministro acotan que las críticas de Grabois lo benefician y que no le contestará.
Este sábado después de Mercedes, Massa se puso a preparar el viaje a China. Así como lo invitó a Máximo el jueves, ayer recibió a Kicillof en su casa. Lo hizo acompañado por su esposa, la presidenta de AySA, Malena Galmarini. Posaron para la foto y justificaron el encuentro. Oficialmente fue para revisar «la agenda de acuerdos entre la Argentina y China vinculados a la provincia de Buenos Aires», pero también se pusieron a hablar sobre el escenario electoral antes de las negociaciones que tendrán los participantes del viaje a Shangai y Beijing, las dos ciudades donde podría ordenarse la interna oficialista. Desde el jueves ya no quedan dudas: Cristina no estará en la boleta y desde este lunes tendrá un oído en China. «