Carteles con los rostros de los desaparecidos y una bandera argentina con la leyenda «Son 30.000». Sobre el escenario, ubicado a un lado de la plazoleta Noche de los Lápices, detrás de la facultad de Bellas Artes, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, representantes de HIJOS, Familiares, Asociación Miguel Bru, la Mesa por los DD.HH y otros organismos de derechos humanos de La Plata, cerraron la tradicional movilización por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia en la capital bonaerense. Leyeron un discurso con duras críticas a la política de derechos humanos de Cambiemos y que exigió, entre otras reivindicaciones, la continuidad de las políticas de memoria en la ciudad, la Provincia, la Nación y la libertad de Milagro Sala. Fue el prólogo de una nutrida columna que caminó unas veinte cuadras detrás de la consigna «30 mil compañeros detenidos desaparecidos, Presentes», desde la Plaza San Martín sobre la que se ubican las sedes del poder Ejecutivo y Legislativo provincial, hasta esa plaza triangular en la que se yergue un jacarandá que recuerda a los secundarios desaparecidos. Más temprano se reinauguró un monumento en memoria de Rodolfo Walsh que había sido vandalizado y se le rindió homenaje a Adelina Dematti de Alaye, referente de Madres de Plaza de Mayo de La Plata, fallecida en mayo del año pasado.

La movilización que reunió a más de cuatro mil personas estuvo encabezada por representantes de organismos de Derechos Humanos adelante, los estudiantes con su Federación, la FULP, y los centros de estudiantes de sus facultades y agrupaciones, después. Los partidos y agrupaciones sociales y políticas después. Fue una movilización opositora. Se entonó el cancionero tradicional con el «como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar», o el que afirma que «a pesar de las bombas, de los fusilamientos, los compañeros muertos y los desaparecidos, no nos han vencido». Pero también se le reclamó al Poder Ejecutivo local, provincial y nacional -los tres bajo el signo de Cambiemos- por el retroceso en materia de derechos humanos.

«Continuidad de las políticas reparatorias; cárcel común, perpetua y efectiva a todos los genocidas; profundización de las investigaciones a las complicidades civiles, empresariales, eclesiásticas y judiciales; profundización de la búsqueda de los 400 nietos que aún no recuperaron sus identidades», fue una parte del pliego de demandas relacionados con las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. También las que reclamaron por los recortes el presupuesto, como la exigencia de la «​​Construcción de los espacios de memoria en los ex Centros Clandestinos de Detención y Tortura de la Comisaría 5ta, Arana y 101», y el «no al vaciamiento de las Secretarías de Derechos Humanos de la ciudad y de la provincia».

También señalaron la creciente violencia institucional y pidieron la no criminalización de la protesta y no a la baja de la edad de punibilidad. Hubo quejas por el Decreto de Necesidad y Urgencia que modificó una Ley modelo y endureció la política migratoria. Pero también exigieron el cese de «la persecución judicial y mediática de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner» y la «liberación de Milagro Sala».

Entre quienes leyeron el documento estaba el ex juez Carlos Rozanski. «Gran parte del Poder Judicial encubrió los secuestros. Ante la presentación de Habeas Corpus los jueces los denegaban sin búsqueda alguna, o los respondían de modo negativo con las costas a cargo de las madres y padres, o familiares que en su desesperación buscaban una respuesta en la Justicia. Así como también, archivaban las denuncias por tortura o asesinato. La violación absoluta de todos los derechos de las personas detenidas desaparecidas es la mejor prueba de la inacción judicial de aquellos años», leyó el juez renunciado el año pasado debido al acoso al que lo sometió el macrismo.

También Rubén López, hijo de Jorge Julio López, el testigo desaparecido durante el primer juicio de lesa humanidad, llevó la consigna por la aparición de su padre.

La lectura del documento tuvo párrafos dedicados exclusivamente al presidente Mauricio Macri. Y a su familia: «No puede pasarnos desapercibido que la familia Macri es parte de aquellos grandes grupos económicos beneficiados por la dictadura a través de la estatización de la deuda de la banca privada implementada por Domingo Cavallo en el año 1982. Hoy uno de los suyos gobierna la República Argentina», leyeron.

Recordaron el rol de Clarín y sus socios en el robo de Papel Prensa en el encubrimiento del genocidio perpetrado por la dictadura cívico militar. También recordaron al multimedio local: «En nuestra ciudad el Diario “El Día” fue el que se encargó de construir consenso alrededor del gobierno de facto, estigmatizando y difamando opositores. Su rol nefasto no concluyó allí, ya que fue el encargado de confeccionar informes de inteligencia a pedido».

Milagro, Walsh y Adelina

Cuando la movilización pasó por la casa que la familia del ex embajador en España, Carlos Bettini, donó para que allí se instale la Secretaría de Derechos Humanos, los manifestantes se detuvieron. «Milagro hace más de 400 días que es una presa política de Macri y de (el gobernador jujeño, Gerardo) Morales», gritó desde un megáfono Anamelia, una militante del Comité por la Libertad de Milagro Sala. «No queremos presos políticos en Argentina», agregó. Y la marcha cantó por la liberación de la líder de la Tupac Amaru, detenida el 16 de enero del año pasado por una protesta.

Un par de horas antes, a las 14, en el marco de los 40 años de su asesinato y desaparición, el periodista Rodolfo Walsh fue homenajeado en la Plaza San Martín. La actividad fue impulsada por la Facultad de Periodismo de La Plata, que repuso el monolito que había instalado originalmente en 2007 junto con la secretaría de DD HH provincial, y que había sido destruido por un grupo neonazi. «Walsh es ese hombre que no negoció la verdad y se comprometió​ con ella. Ese hombre que frente a las opciones de la escritura sagrada, la de los nombres propios o la que se hace buscando el éxito, creó una escritura que alcanzó la perfección en la búsqueda del encuentro y compromiso con los otros», dijo la decana de la facultad de Periodismo y concejal kirchnerista, Florencia Saintout, que fue acompañada por la Madre de Plaza de Mayo La Plata, Herenia Sánchez Viamonte, Julio César Urien y Jorge Bernetti.

Luego fue el homenaje a la Madre de Plaza de Mayo, Adelina de Alaye, en el que Matías Moreno y Felipe Berlingeri de HIJOS, recordaron a la referente en el monolito y el árbol que la recuerda en esa plaza. Después, marcharon.

La movilización terminó con un festival musical en la plazoleta Noche de los Lápices. Cuando la música de la banda La espada de Bolívar comenzaba a sonar, otra marcha convocada por la Multisectorial La Plata y los partidos del Frente de Izquierda y los Trabajadores recorría las calles platenses con la consigna «Son 30.000, fue un genocidio».