Luego de varios días de «Atlanticazo», la serie de protestas en Mar del Plata y localidades de la Costa bonaerense, el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Juan Manzur, se reunió hoy en su despacho con el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, y el secretario de Energía, Darío Martínez, para analizar la puesta en marcha de la exploración hidrocarburífera en Cuenca Argentina Norte.
Según aclararon desde la Jefatura de Gabinete, se trata de «una iniciativa del Estado nacional tendiente a fortalecer el desarrollo de esta actividad estratégica para responder a la creciente demanda energética».
El proyecto, adjudicado a la empresa noruega Equinor junto a YPF y Shell, comenzará la exploración hidrocarburífera a través del registro de imágenes del subsuelo marino y, en una de las varias puntualizaciones al respecto, aseguraron que no contempla la perforación de pozos productores de petróleo o gas.
“Nuestro país cumple con todos los estándares de cuidado del medioambiente al efectuar estas prácticas, de la misma manera que se realiza en los países más desarrollados del mundo, como es el caso de Canadá, Holanda, Noruega y Brasil, que lleva adelante esta actividad en el mar desde hace más de 50 años”, aclaró el ministro Manzur.
El ministro de Ambiente Cabandié fue parte del encuentro con Manzur y Martínez. Muy criticado en las últimas semanas en relación a los incendios forestales, la demora de la Ley de Humedales en el Congreso y la aprobación de este proyecto de hidrocarburos, no hizo declaraciones a la prensa.
El comunicado de Jefatura de Gabinete extendió los argumentos a favor de la seguridad ambiental de la extracción de petróleo y gas en el Mar Argentino. Allí se afirma que «la utilización de la técnica exploratoria sísmica en el Mar Argentino data de fines de los años 50. En las costas bonaerenses, se han registrado desde 1960 unos 50 mil km de sísmica y se han perforado 18 pozos; el último en 1997».
La zona a explorar estaría ubicada a más de 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata, a profundidades submarinas de 4000 metros. Siempre según el reciente comunicado, el procedimiento implicaría la instalación de diez cables submarinos que tienen una extensión de entre 8.000 y 10.000 metros que emiten sonidos. La refracción de esos sonidos es captada por micrófonos submarinos, conocidos como hidrófonos, que permiten la interpretación de esas refracciones en las imágenes 2, 3 y 4D para establecer si hay o no recursos hidrocarburíferos que justifiquen perforaciones futuras.