Mafalda ha hecho conocido a su creador, Joaquín Salvador Lavado, el entrañable Quino, en todo el mundo. La versión en francés de la famosísima chica antisopa fue presentada hace dos años en el Salón del Libro de París pero las traducciones a diversos idiomas superan la veintena, incluida una en sistema Braille. Pero mañana a las 16.45 se presenta en Buenos Aires, más precisamente en el Centro de Altos Estudios Universitarios de la OEI, Paraguay 1583 (CABA), en el idioma de uno de los pueblos originarios, el guaraní.
Durante la presentación el consagrado creador estará acompañado por la traductora, María Gloria Pereira de Jacquet, que ya terminó dos de los 10 volúmenes previstos. En la presentación del primer tomo había declarado: A este primer libro le seguirán los nueve restantes para que la lengua guaraní cobre mucha fuerza y sirva para que se entusiasmen en la lectura niños y jóvenes, y los adultos también».
La traducción forma parte del Programa Sur implementado por la Cancillería Argentina y la Embajada Argentina en Paraguay. La traductora declaró en esta oportunidad al diario El País de España: Mi deseo secreto es que sirva de punta de lanza para que haya más inversión en este tipo de proyectos literarios y que el guaraní sea usado de forma más jocosa y no solo en lo serio y lo formal como hasta ahora. Y agregó: Lo más difícil son las cuestiones filosóficas o los avances tecnológicos, ya que el guaraní tiene muchas herramientas para lo cotidiano, lo próximo, lo afectivo o lo familiar pero aún está en fase de desarrollo para el mundo de las ciencias y la tecnología.
También se refirió a la dificultad de traducir un término clave en el mundo de Mafalda, la palabra sopa, al guaraní. Según declaró al medio mencionado, en Paraguay casi nadie se refiere al plato odiado por Mafalda, sólo se usa el término español caldo. En este caso, para hacer referencia al brebaje odiado, ella utilizó la palabra guaraní jukysy. Es otra de las cuestiones de este trabajo. Se convierte en una vidriera para recordar a sus habitantes algunos términos conocidos pero reemplazados innecesariamente por hispanismos y aun cuando Mafalda use hispanismos o préstamos, los alternará con palabras creadas del guaraní para fortalecer su uso, aseguró Pereira de Jacquet. Agregó, además, que algunos chistes resultan más graciosos en guaraní que en castellano.Algunas tiras ya habían sido traducidas al quechua, pero ésta es la primera vez que los diez libros serán traducidos completos a una lengua de los pueblos originarios. La tira de Mafalda comenzó a salir en 1964 y continuó hasta 1973.
Esos años le bastaron para transformarse en mucho más que una viñeta famosa. A esta altura Mafalda es ya un personaje nacional que encarna de manera admirable la idiosincrasia argentina y que es celebrada por grandes y chicos. Al día de hoy su autor confiesa que no puede explicarse el éxito que tuvo. Recalca, además, que ha realizado dibujos mucho más elaborados y complejos que, aunque reconocidos, nunca alcanzaron la dimensión de Mafalda. Y a pesar de los años que hace que Mafalda se ha vuelto internacional aún, a los 85 años, Quino mantiene la perplejidad ante un hecho que dice no poder explicarse.
La fama de la chica antisopa es tan grande que en 1988, durante la intendencia de Suarez Lastra se presentó un proyecto para que Mafalda fuera declarada ciudadana ilustre de Buenos Aires, lo que no se pudo realizar por una traba legal: la distinción sólo estaba pensada para personas de carne y hueso y no para niñas de tinta. Sin embargo, Mafalda ha alcanzado difusión internacional y ha representado a la Argentina en el mundo como si no fuera un dibujo, sino un ser real. Se ha traducido al chino mandarín, al finlandés, y a muchos otros idiomas y siempre ha sido una excelente embajadora argentina.