La gestión del presidente Mauricio Macri se encaminaba hacia la intrascendencia histórica. A seis meses de concluir su -¿primer? ¿único?- mandato, el empresario no había acuñado ningún logro que mereciera un lugar en los libros de historia. Estuvo cerca cuando habilitó la discusión parlamentaria de la legalización del aborto, proyecto que finalmente su propio gobierno boicoteó. El resto -acuerdo con el FMI incluido- son anécdotas, episodios menores de un régimen que a lo sumo podría ser recordado como parte de la larga saga de gobiernos oligárquicos fallidos, que dejaron tras de sí un tendal de deuda y derrumbe social.
Es probable, sin embargo, que en la mañana del viernes 28 de junio Macri haya obtenido un espacio en los manuales escolares. «Presidente, lo felicito, en su presidencia se logró…. Veinte años de negociación… Tenemos acuerdo Unión Europea-Mercosur» mensajeó el canciller Jorge Faurie, a cargo de la misión argentina que destrabó el tratado de libre comercio entre los bloques comerciales de Europa y sudamérica.
El propio presidente viralizó la comunicación emocionada de su ministro, en una praxis de marketing político que será frecuente durante la campaña electoral: las cuentas de Macri en las redes sociales están plagadas de testimonios que elogian su “legado”.
El tiempo dirá si el tratado comercial es la panacea que promociona el Gobierno. O una remake del Pacto Roca-Runciman, como advierten las Pymes, memorando el acuerdo de comercio exterior celebrado entre la República Argentina y el Reino Unido el 1 de mayo de 1933. En aquel pacto, el país se comprometió a reducir impuestos a las importaciones inglesas y a resignar soberanía económica a cambio de mantener un canal comercial abierto con Inglaterra, que se abastecía de materias primas a precio de ganga.
La memoria nacional recuerda ese acuerdo como un ejemplo de sometimiento a una potencia extranjera y humillación diplomática al servicio de los negocios de la élite. El vicepresidente Julio Argentino Roca (h) quedó en la historia argentina como responsable de aquel ruinoso acuerdo comercial. Ya se verá el lugar que la historia le dedicará a Macri, el presidente que decidió presentar un hecho trascendente con una operación de marketing emocional.