El presidente Mauricio Macri aprovechó anoche el cierre de la Conferencia Industrial de la UIA para reclamar a los sindicatos que acepten discutir «las deformaciones existentes» en los convenios colectivos de trabajo con el pretexto de que esa apertura será el vehículo que permita a la economía local salir al mundo y aceptar los desafíos del siglo XXI. En esa línea, el titular del Ejecutivo lanzó ante un auditorio de 500 industriales que la discusión de 2017 girará en torno a «qué se puede recortar».
El tradicional foro de la Unión Industrial Argentina, que este año se realizó en el predio de Costa Salguero, osciló entre apoyos tibios y la incertidumbre con los tiempos que llevará la recuperación de la economía nacional. Para colmo, el primer día de la Conferencia, el lunes, se conoció un durísimo informe de la consultora Orlando Ferreres y Asociados, que en pleno desarrollo de la reunión industrial informó un desplome de la producción fabril del 5,7% en octubre. El informe, en sintonía con otras mediciones públicas y las encuestas oficiales que elabora el Indec, asocia la caída de la industria con la indisimulable desaceleración del consumo y el mercado interno que es complementario de la producción.
En la cita de Costa Salguero las empresas se mostraron en líneas generales tibias en las críticas a Macri pero nadie negó la dificultad que plantea en escenario de cara a 2017. Lo que se llevó las mayores críticas fue la política internacional de libre comercio que defendió el secretario de Comercio, Miguel Braun. Sin embargo, o quizás buscando una aprobación contundente del empresariado en un ambiente que amaga con ponerse caldeado, el primer mandatario decidió poner toda la carne en el asador y lanzar desde esa tribuna empresaria una exhortación a la dirigencia sindical para que admita la revisión de los convenios colectivos de trabajo.
En sintonía con el pedido que Macri ya había lanzado ayer en un acto junto con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, hoy se pronunció también en la Conferencia Industrial el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien reclamó a los sindicatos dar el debate para cambiar los convenios con el argumento de que hay algunos que ya son vetustos y no reflejan la realidad.
Tras esa manifestación salieron los primeros dirigentes sindicales, como el secretario General de la CGT, Héctor Daer, y el titular de la CTA, Hugo Yasky, a rechazar la iniciativa del gobierno, un desplante que precede en pocas horas a la discusión del impuesto a las ganancias que se dará mañana en el Congreso. En el evento de Parque Norte, a diferencia de años anteriores, no circularon altos dirigentes del sindicalismo. Pero la realidad es que la propia afluencia de empresas fue menor a ediciones previas.
Acusando esa realidad, el presidente de la Unión Industrial, Adrián Kaufmann Brea, reclamó ante la presencia de Macri un Estado inteligente y con capacidad de respuesta a los cambios. Además, el jefe de la UIA aseguró que si bien el problema de la industria tiene varios años, en los meses que lleva el gobierno macrista la tendencia continúa, producto de la caída del mercado interno, el elevado costo del crédito para las PyMEs y un contexto global adverso para las exportaciones de mayor valor agregado.
Kaufmann no recogió el tema de los convenios en la forma directa como Macri y su ministro laboral, pero auguró poder conversar (mañana miércoles) en la mesa de Diálogo para la Producción y el Trabajo temas como las tasas de interés, la presión tributaria, los costos logísticos y la falta de competitividad que, consideró, demandan acción conjunta del sector privado, público y de los trabajadores.