Un día antes de sellar el regreso de su país a la CELAC, el flamante presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, llegará a la Argentina para concretar su primera visita al exterior después de regresar al poder hace 20 días. El mandatario llegará este domingo a las 21 a Buenos Aires y el lunes se enfocará en la visita que le dedicará al presidente Alberto Fernández para relanzar la relación bilateral en materia económica y política, aunque durante la misma jornada también tendría un encuentro con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Lula arribará junto a su canciller, Mauro Vieira y por el ministro de Hacienda, Fernando Haddad. Estarán acompañados por una comitiva de empresarios que participarán de un encuentro organizado en el Museo del Bicentenario. El evento será abierto por los dos presidentes, que hablarán a los participantes después del plato económico más fuerte de la jornada, previsto para las 11 de la mañana, cuando firmen un acuerdo de integración económica y energética en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Una semana después de ese pacto, el canciller Santiago Cafiero viajará a Bruselas, Bélgica, para reunirse con Josep Borrel, alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, con un temario donde también figura el futuro de la relación del Mercosur con la UE.
Entre la rúbrica del acuerdo y la reunión con empresarios de este lunes, Fernández y Lula recibirán a los representantes de organismos de Derechos Humanos en el despacho presidencial. Se espera la presencia de Estela de Carlotto, Taty Almeida y de Adolfo Pérez Esquivel.
Dentro de la agenda oficial el último capítulo de la jornada se concretará a partir de las 19.15 en el Centro Cultural Kirchner. Los dos mandatarios participarán de un “Concierto de la Hermandad Argentino Brasileña”. Sin embargo, según supo este diario, la reunión de Lula con CFK podría concretarse en el Senado de la Nación antes o después de ese evento artístico. Algunas fuentes especulan con la posibilidad de un encuentro entre los tres, con una escena de altísimo voltaje político que podría impactar en distintos escenarios, e incluso dentro del Frente de Todos. Otros funcionarios consultados consideran que esa alternativa es “improbable”, aunque Lula tiene una muy buena relación con ambos.
La hoja de ruta económica de la visita estará definida por el acuerdo bilateral. En la Casa Rosada explicaron que serán “las bases para el futuro de la Asociación Estratégica entre Argentina y Brasil para el mundo de los próximos diez años”, con un programa que se elabora desde que Lula ganó las elecciones. Será un acuerdo que, entre otros puntos, incluye un capítulo para “ampliar y reforzar la estructura de transporte de gas hasta la frontera con Brasil”, que implicará la segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner. Su primer tramo concluye a mediados de este año y comunicará Vaca Muerta con la localidad bonaerense de Saliqueló. También incluirá la rúbrica de un nuevo Memorándum de Energía para regular la venta de gas en verano, la compra de energía eléctrica en invierno y la venta de gas licuado de petróleo (GLP).
El texto busca ampliar la integración en casi todos los aspectos de la relación bilateral: energía, finanzas, agro negocios, industria, minería, conectividad, turismo, economía del conocimiento, defensa, Derechos Humanos, ambiente, educación, ciencia y tecnología y salud. Todavía no se conocen los detalles de cada instancia, pero es un acuerdo entre los dos principales socios del Mercosur. Ambos mandatarios tendrán en sus manos la conducción del bloque regional durante este año. Fernández lo encabezará hasta junio y luego le pasará la posta a Lula, que a partir de septiembre asumirá la presidencia del G20 de manos de la India.
Las coincidencias económicas que cierren este lunes Fernández y Lula serán relevantes para el Mercosur, que el año pasado estuvo signado por los intentos de Uruguay para negociar un tratado de libre comercio con China y otro con el Acuerdo Transpacífico, pero sin acordarlos con los otros tres socios regionales.
Sobre Brasil también hay una incógnita respecto al Mercosur, porque Lula sostuvo durante su campaña proselitista que buscaría profundizar la hoja de ruta que Mauricio Macri firmó con la UE en 2018. Para la administración de Fernández ese acuerdo puede resultar perjudicial, porque los europeos estarían dispuestos a importar alimentos del Mercosur pero a cambio de introducirle automóviles y celulares, entre otros productos que pondrían en jaque a la industria nacional. En ese punto radica uno de los interrogantes que los dos presidentes tendrán que dilucidar, pero en el contexto de un Mercosur tirante con sus dos socios menores y en vísperas del viaje a Bruselas de Cafiero. Tanto para Brasil como para la UE el interés está puesto en cerrar “acuerdos balanceados que le permitan a la región vender más”, pero “siendo cuidadosos para que esos acuerdos no nos anclen a una estructura productiva primarizada”, según explicó a Tiempo la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca, en una entrevista publicada en esta edición.