Luego de que el presidente Alberto Fernández anticipara en diálogo con El Destape que estaba avanzando en el armado de su nuevo gabinete, los socios del Frente de Todos fijaron sus respectivas mesas de negociación en tres escenarios distintos de la ciudad. Pese a la ola de versiones y especulaciones sobre las posibles incorporaciones, y el desfile de figuras en la sede gubernamental, lo cierto es que al caer la noche, la única noticia fue la renuncia indeclinable del vocero Juan Pablo Biondi, acusado por la vicepresidenta de impulsar operaciones de prensa en su contra.
El presidente trabajó desde el mediodía en la Casa Rosada, donde también se encontraba el secretario de Asuntos estratégicos Gustavo Béliz, el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, su segunda, Cecilia Todesca, el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, y la asesora Cecilia Nicolini.
La vicepresidenta Cristina Fernández se instaló en su despacho del Senado, y el titular de la Cámara baja, Sergio Massa, circuló entre sus oficinas en el Congreso y el Ministerio de Economía, donde, se llevaba a cabo el diálogo en torno al Presupuesto 2022.
Los dichos del jefe de Estado acerca de que preparaba un gabinete con fuerte impronta peronista, abrieron el juego a múltiples especulaciones. La presencia del gobernador riojano Ricardo Quintela y del ex ministro de Justicia Alberto Iribarne, amigo personal del presidente, en la Casa Rosada, dieron cuenta del tipo de contactos que se mantenían en el primer piso, mientras la guardia periodística de Gobierno reportaba el ingreso y salida del jefe de Gabinete Santiago Cafiero de la Casa de Gobierno.
Ya desde el jueves, el presidente había recibido a dos de los gobernadores que salieron triunfantes en las Paso: el tucumano Manzur y el Sanjuanino Sergio Uñac. La versión de que buscaba ingresar a un mandatario provincial a su equipo de gobierno, derivó en un virtual revoleo de nombres, aunque los visitantes provinciales mantuvieron la cautela y el bajo perfil.
Cristina Kirchner estuvo todo el viernes en el senado. Llegó a las 11 de la mañana y estuvo a lo largo del día reunida con los senadores de su riñón: Oscar Parrilli, Anabel Fernández Sagasti, José Mayans. También estuvo Máximo Kirchner y el por ahora Ministro del Interior Wado de Pedro, uno de los funcionarios que puso a disposición del mandatario su renuncia tras el resultado de las PASO del último domingo.
El líder del Frente Renovador, en tanto, recibió al ministro de Transporte Alexis Guerrera en su oficina de la Cámara de Diputados, y luego se trasladó al Ministerio de Economía. Las negociaciones tras la crisis interna de la coalición gobernante no se limitarían al cambio de nombres sino a la Ley que ingresó el jueves al Congreso en medio del cruce de mensajes entre Alberto y Cristina, en el que quedaron en evidencia las diferencias de enfoque sobre la dirección del gasto que deberá encarar el gobierno luego de la derrota en las PASO. Massa preparó las resoluciones de citación para que los funcionarios vayan al Congreso a defender el Presupuesto 2022. La idea es que la semana que viene se active el trabajo de Diputados de manera presencial. El tigrense cumple por estas horas un rol de virtual mediador entre los socios, y busca bajar la tensión interna, según señalaban cerca suyo.