En medio de las confusas señales provenientes desde Estados Unidos de este martes, luego de la llegada a Washington del ministro Nicolás Dujovne para renegociar con el FMI, la Casa Rosada aceleró una carta clave para atravesar la tempestad financiera: comenzó a difundir la reunión del presidente Mauricio Macri con los gobernadores de las 24 provincias como un gesto que podría coronar la compleja negociación presupuestaria que mantiene con cada cacique local para cerrar el plan de cuentas nacionales para el año próximo.
Sin embargo, la convocatoria presidencial demoró en contar con una fecha concreta de realización, hasta este miércoles por la noche, cuando los primeros mandatarios provinciales comenzaron a confirmar su presencia para el martes. En rigor, según explicaron a Tiempo en la Casa Rosada, “la reunión del martes todavía no está completamente confirmada, podría realizarse en los días siguientes de la misma semana por algún imponderable de agenda de los invitados”, detalló un funcionario.
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La ausencia de anuncios oficiales responde a un tironeo propio de la crisis. Una parte del Ejecutivo considera que está atada al desenlace del diseño del presupuesto, que este jueves sumará una nueva reunión de los ministros de Hacienda de todos los distritos con el ministro del Interior Rogelio Frigerio, y las segundas líneas de la cartera de Hacienda.
Por fuera del toma y daca fiscal, otras fuentes oficiales consultadas aseguran que la reunión con los mandatarios ya no pasa por el presupuesto, sino por construir una escena de gobernabilidad “hacia adentro y afuera del país”, pero especialmente concentrada en contener la incertidumbre política. Esa escena desangelada de inestabilidad creció desde la semana pasada, cuando comenzaron a conocerse pequeños saqueos en distintas provincias, que el Gobierno adjudicó a una conspiración de la oposición.
La luz de alarma que obligó a los gobernadores a guardar estricto silencio al respecto sucedió este lunes por la noche, cuando se conoció el asesinato de un joven de 13 años en Resistencia, Chaco, durante el intento de saqueo de un supermercado. Esa zozobra fue otro disparador de la posible reunión de Macri con los gobernadores, en una agenda que supera lo presupuestario y responde al temor de cada mandatario local sobre la capacidad del Ejecutivo para llegar a fin de año sin mayor conflictividad social.
Para los diagnósticos más esperanzadores de Balcarce 50, la agenda prevista se cumplirá sin sobresaltos: un cierre de la letra chica del presupuesto en la reunión con los ministros de Hacienda provinciales, la posterior confirmación de cada gobernados y el cierre de un borrador “inicial”, que derivaría en la foto de Macri con todos los mandatarios en la semana que viene. Sin embargo los caciques provinciales reclamaron una reunión con el Presidente, bien lejos de las fotos, con la necesidad de escuchar de primera mano su lectura sobre el desarrollo de la crisis y qué medidas tomará para transitar el último trimestre del año, marcado por una inflación que superará el 32% de techo máximo acordado con el FMI.
Si la reunión finalmente se concreta, el ministro Dujovne ya habrá regresado de Washington con las perspectivas de la renegociación del acuerdo de endeudamiento, para “adelantar los fondos previstos para 2019 y 2020”, una concesión que implicará ajuste fiscal cero, en lugar de una drástica reducción del 1,3% del PBI para el año que viene. El desenlace de la negociación finalmente se concretará a fin de este mes, cuando el directorio del Fondo haya votado sobre el nuevo acuerdo que Macri había dado por confirmado la semana pasada, en medio de la crisis que transformó el diseño del presupuesto 2019 en una pendiente más escarpada. Para la Casa Rosada se trata de una pieza clave, pero para los gobernadores de las 19 provincias de Cambiemos, es un trámite legal que, al calor del empeoramiento de la crisis, puede quedar en el olvido, pero como un gesto necesario para que el Gobierno no los culpe de sus propios desaciertos.