Cuatro años y dos meses después, la Convención Nacional de la UCR que dio a luz la alianza con el PRO vuelve a reunirse, esta vez en Parque Norte. Todo indica que los resultados del cónclave partidario no serían muy distintos a los que hubo en 2015 en Gualeguaychú, a pesar del agua que ha corrido bajo el puente. Al igual que en aquel momento, una parte importante del radicalismo se opone a la alianza con el macrismo. Sin embargo, esos sectores, referenciados especialmente en la figura de Ricardo Alfonsín, están en minoría. Esto implica que la propuesta de “crear un nuevo frente”, que trae implícito el fin de Cambiemos, perdería la votación.
Haciendo números gruesos, en el entorno del hijo del ex presidente calculaban que podían reunir entre 70 y 100 de los más de 370 convencionales que conforman el órgano partidario. Incluso en 2015 la disputa entre radicales “macristas” y “no macristas” fue un poco más pareja de lo que aparentemente será este lunes.
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El documento que se aprobaría tiene un punto fundamental, convalidar la pertenencia a Cambiemos. En segundo lugar ratificaría las PASO como modo de seleccionar los candidatos, lo que abriría la puerta a una posible postulación boina blanca para competir con Macri en una primaria, y dejaría abierta la puerta para negociar un “vice” radical que acompañe al actual jefe de Estado. También propondría la creación de un espacio de “consulta” dentro de la coalición oficialista, intentando apaciguar las críticas de los disidentes que cuestionaron estos tres años y medio que “el ideario de la UCR” no tiene nada que ver con la ideología dominante en la gestión del gobierno nacional.
En esencia, al analizar los ejes básicos del escrito que contaría con el voto mayoritario, apoyado por los tres gobernadores radicales y otras figuras de peso como Enrique Coti Nosiglia, se trasluce que el documento es para sentarse a negociar con el PRO en mejores condiciones.
El mandatario mendocino Alfredo Cornejo, por caso, no tiene reelección en su provincia y hace varios meses que especula con acompañar en el binomio al presidente. El nosiglismo no descarta el mismo lugar para Martín Lousteau, aunque primero deberían convencerlo al economista, que en reuniones privadas repite que si no se crea un nuevo frente “no será candidato a nada”. El menú de negociaciones es muy amplio. Se renuevan senadores y diputados nacionales y provinciales.
Los radicales que ejercieron una suerte de oposición interna a las políticas de Macri perderían de nuevo la batalla.