El «retiro espiritual» de María Eugenia Vidal y sus ministros en Chapadmalal estuvo atravesado este fin de semana por los temas que más preocupan en La Plata: la caída de la economía y la campaña que deberán campear en breve con un peso extra: la imagen en picada de Mauricio Macri.
El encuentro, que arrancó el jueves por la noche y terminó ayer al mediodía, incluyó el clásico repaso de gestión área por área y terminó con una sorpresiva y breve visita del presidente.
Cada ministro dio un informe de seguimiento de su cartera y realizó un balance de estos tres años. El encargado de «tomarles examen» fue el jefe de Gabinete, Federico Salvai, quien les pidió exponer cuáles habían sido los «aciertos» y «desaciertos».
El balance sirvió para planificar los puntos a reforzar en los meses que vienen y en la «campaña corta» que pretende el gobierno: obra pública, seguridad, ayuda social, lucha contra las mafias. También sirvió como base para delinear los ejes del Plan «2020-2023», el proyecto de gobierno de una eventual reelección de Vidal.
La preocupación por el impacto de la crisis económica en la Provincia y en especial en el Conurbano, donde peor mide Macri, fue el tema central en el análisis de las estrategias de campaña. Cómo evitar que el enojo social con Macri no termine hundiendo paradójicamente las chances electorales de Vidal, la dirigente que todavía conserva los mayores niveles de aceptación en Cambiemos.
En este punto, se ratificó la estrategia electoral de centrarse en el votante de Cambiemos, de reconquistar a los macristas «desencantados» y no gastar recursos en los electores opositores. «El objetivo es conseguir que el presidente suba al menos cinco puntos antes de las PASO», señalan en el entorno de la gobernadora. Hoy, Vidal le saca una diferencia de 10 puntos y más también en intención de voto a Macri.
El caballito de batalla de la campaña será la inauguración de obras, muchas de agua y cloacas, en las zonas más vulnerables del Conurbano, para «contrarrestar» las malas noticias de cada día: los tarifazos, la inflación, el desempleo. Habrá timbreos, actos y también un fuerte trabajo de redes, una marca PRO. El dilema a resolver es si compartir las actividades o «despegarse» de Macri, como ocurrió en 2017, para evitar restar votos.
«Vidal está en un lugar incómodo», define una fuente oficial. No lo dice sólo por la campaña y por la certeza de haber sido espiada, sino también por el «Plan V», que volvió a cobrar fuerza en los últimos días al calor de la nueva suba del dólar.
Esa idea también sobrevoló en Chapadmalal, aunque Vidal se encargó de anular el tema frente a su equipo al ratificar en el arranque del encuentro su total alineamiento con el presidente y su plan reeleccionista. «Mauricio siempre se la jugó por mí», fue el argumento de la mandataria.
La cuota de optimismo en el retiro la aportó la posibilidad de destrabar el conflicto docente. En otro gesto que la desmarca de la gestión nacional, Vidal ofreció a los gremios pagar el 15,6% que reclamaban por lo perdido en 2018, más cláusula gatillo para todo 2019, una herramienta que resignó el año pasado por obediencia al mandato nacional. Pero después de un conflicto eterno que dejó 27 días de paro y del fracaso de las mesas educativas que buscaban deslegitimar a los gremios, la gobernadora decidió buscar el acuerdo.
La propuesta, que le demandará unos 32 mil millones extra y el reclamo del resto de los trabajadores estatales, no fue producto de un impulso sino una medida estudiada para evitar que la pelea con los maestros le reste votos. La respuesta de los gremios llegará mañana después del mediodía. «