El debate en el Senado por la Ley de Aborto Legal incluyó argumentos y declaraciones por parte de los senadores que dejaron boquiabiertos a propios y extraños. En su mayoría, por parte de quienes se opusieron al proyecto de ley. Desde “no hubo tiempo para analizar el proyecto”, hasta las violaciones “sin violencia”.
Al senador Gerardo Montenegro, del Frente Popular por Santiago del Estero, le pareció prudente preguntarse “si los argentinos necesitábamos una grieta más” como lamento por el debate en sí mismo. Luego, afirmó que votaría en contra.
La senadora por San Juan Cristina López Valverde, del Partido Justicialista, sorprendió a todos al decir que “no hubo tiempo de analizar el proyecto”, cuando el tema está en agenda política y mediática durante meses. “Este voto negativo será porque me quedé en el tiempo, puede ser…”.
No fueron pocos los senadores que hablaron del carácter inconstitucional de la ley. Tal fue el caso de Miriam Boyadjian, del Movimiento Popular Fueguino; Maggie Solari, del Frente Renovador de Misiones; Mario Fiad, de la UCR Jujuy; Dalmacio Mera, del PJ de Catamarca; Claudio Poggi, de San Luis; Federico Pinedo, de Cambiemos CABA; Adolfo Rodríguez Saá, del PJ San Luis, entre otros. Estos senadores olvidaron o incluso algunos afirmaron de manera equivocada el rol de los tratados internacionales, que desde hace años recomiendan legalizarlo. Tal es así, que en el norte del mundo casi todos los países tienen legalizada la práctica del aborto. Además, desconocieron también los fallos de la Corte Suprema de Justicia del año 2012.
Mera, además, se preguntó: “No les podemos dar salud, no les podemos dar educación, no les podemos dar seguridad ¿Encima no los vamos dejar tener hijos?”. Según esta interpretación, de aprobarse la ley, las mujeres tendrían prohibido tener hijos. Luego, tuvo un fallido al hablar de “la despenalización de la mujer”.
Ada Iturrez de Capellini, del Frente Cívico por Santiago, dejó un exabrupto similar al de Mera: “Esta ley intenta promover el aborto y no fomentar el nacimiento de la vida. Al embrión solo le falta tiempo y alimento para madurar”. Debe haber especialistas de todo el mundo analizando el significado de la frase “no fomentar el nacimiento de la vida”.
Pero el mayor exabrutpo llegó por parte de Rodolfo Urtubey, del Partido Justicialista de Salta: «Hay algunos casos en la que la violación no tiene esa configuración clásica de violencia sobre la mujer a veces la violación es un acto no voluntario. En el abuso intrafamiliar, por ejemplo, donde no hay violencia”. Más tarde, al ser aludido al respecto por la senadora Anabel Sagasti, pidió la palabra para intentar aclara que quiso “ser más enfático y más duro en incluir como violación a cualquier tipo de abuso, aún en aquellas en las que no hubo forzamiento”.
Al senador por Buenos Aires de Cambiemos que ganó las últimas elecciones legislativas, Esteban Bullrich le dio por filosofar: “Quiero comenzar con una pregunta: ¿Qué es la vida? La vida es lo que nos hace estar hoy acá, sin vida el resto no existe. Así de importante es”.
María Belén Tapia, de la UCR de Santa Cruz, afirmó sin mostrar ninguna evidencia que “el aborto atenta contra la naturaleza de la mujer. Con la legalización, no ayudamos a la mujer. Se incrementa enormemente la mortalidad materna”.
El tucumano José Alperovich, del Partido Justicialista, consideró que “no deberíamos hacer política con esto porque es un tema que divide mucho a la sociedad”. Acto seguido, adelantó que votará en contra.
La alocución de Alfredo de Angeli, de Cambiemos Entre Ríos, habló en tono romántico de las mujeres pobres que deben sacrificarse hasta lo impensado para criar “más de diez hijos”. “Quiero referirme a esas familias numerosas que jamás se le pasó por la cabeza el aborto. Cuántas veces vi a mi madre sentada frente a la máquina de coser para hacernos la ropa (…) Que le regalen una planta, para que vea el crecimiento de una vida”.
La senadora del FpV Catamarca Inés Blas sorprendió al poner a disposición la renuncia a la presidencia de la Comisión Banca de la Mujer. “Defiendo los derechos de la mujer, si defiendo el derecho a la vida”.
Entre los que votaron a favor, llamó la atención exposición del senador Guillermo Pereyra, del Movimiento Popular Neuquino. Pereyra dedicó la mayor parte de su tiempo a temas como la inflación, los tarifazos, el salario y el rol de la Iglesia en la dictadura militar. Al final, dio un breve argumento sobre los motivos de su voto a favor de la ley.
Silvina García Larraburu, de Unidad Ciudadana Río Negro, comenzó diciendo que recibió en dos días más de 5 mil mails y Whatsapp. Luego, culpó de su decisión al consultor ecuatoriano de Cambiemos, Jaime Durán Barba. “El duranbarbismo, con el cinismo que lo caracteriza y ese modo bastardo de hacer política, ha generado una cortina de humo”. Finalmente, al estilo Cobos, lanzó: “Quiero pedir disculpas a mis votantes y decirles que siempre quise dar lo mejor”.
Con un discurso ombliguista, el senador Omar Perotti del PJ Santa Fe, habló sobre un proyecto propio y más tarde se abstuvo en la votación. Para graficar su postura, citó a la cantautora Claudia Piñeiro y pidió “tender un puente” entre las dos posturas. Algo similar hizo la neuquina Lucila Crexell, quien dijo que iba a tomarse “hasta el último momento para decidir si me abstengo o si cambio mi voto”, como si se tratara de una decisión trivial.
El senador del PJ por Salta, Carlos Romero dijo: “Hoy no tendremos ley, pero la dignidad de la mujer y la no criminalización debe ser tratada”, aclaró por las dudas. Hubo varios senadores vuya votación tuvo cierto tono contradictorio con su voto: argumentos centrados en las fallas del Estadoa a la hora de educar, contener y otorgar posibilidades equitativas a las mujeres en relación con los hombres, se cerraban con votos negativos “porque esta ley no va a solucionar esos problemas”.
Para el citado Pinedo, las leyes son “pactos de convivencia”. En ese sentido, entiende que “no debería ser razonable para el pacto de convivencia en paz, aprobar una ley que no tenga mucho consenso. Se pasa de convertir un delito, a algo que es una obligación para nuestro sistema de salud. Pasar de delito a obligación es exagerado”. El senador no buscó tanto consenso a la hora de instalar los tarifazos, las políticas de ajuste y el pacto con el FMI.
La mayoría de los oradores no cumplió con los 10 minutos estipulados. Uno de los casos más exagerados fue el del senador Oscar Castillo, del Frente Cívico y Social de Catamarca, quien votó a favor de la ley. Tardó más de 25 minutos. José Mayans, del PJ Formosa, tardó 23 minutos.
A Mayans, le preocupó mucho más la parte económica. “No es gratuito. Hay que pagar el prequirúrgico, quirúrgico, posquirúrgico. ¿Quién va a pagar eso? Porque acá, nadie está hablando de cuánto sale todo esto. Esto tiene que volver a la comisión de presupuesto”. En la misma línea habló misionero Maurice Closs: “Nada es gratis. Y no estamos en tiempos de ampliar los presupuestos para el gasto público”. Luego, cerró de manera confusa: “No me estoy equivocando. Tampoco estoy acertando”.
María Cristina Fiore, del Partido Renovador Salta: “¿Qué se entiende por dilatar un aborto? Si todo está de acuerdo a la naturaleza, ¿cuál es la urgencia? Si hay un cardiólogo el que está de guardia, ¿qué vamos a hacer; meter preso al cardiólogo por no hacer el aborto? También el proyecto dice que ‘debe ser supervisado por un profesional’. Me parece muy riesgoso”. Evidentemente, no le parece riesgoso hacerlo de manera clandestina. En otro segmento de su extenso relato, realizó una pregunta desopilante: “¿Qué diferencia hay entre un embrión y una persona en estado vegetativo?”.
Silvia Elías de Pérez, de UCR Tucumán, en su enfático discurso destacó: “Una mujer que se encuentra frente a un embarazo no deseado, se necesita acompañarla. Necesita de un Estado presente”, aunque no aclaró de qué forma, ya que con su voto todo quedó como hasta ahora. Luego, advirtió: “Rechazamos este proyecto porque viola la dignidad intrínsica de la persona; porque viola el derehco a la integridad física de la persona”, sin decir qué hacer con las mujeres que mueren cada año por abortos clandestinos.
Finalmente, la vicepresidenta Gabriela Michetti dio la nota cuando el micrófono captó una “opinión” más íntima. “Es un pelotudo, que no rompa las pelotas”, dijo sobre el senador radical Luis Naidenoff. Fue tras una discusión por el tiempo que se tomaban los oradores.