En el día de su salida del Teatro Colón, Darío Lopérfido defendió sus declaraciones que hace más de un año provocaron una gran polémica respecto al número de 30.000 desaparecidos, cifra que calificó como «simbólica» y por lo tanto «subjetiva», al tiempo que defendió el derecho de expresión del titular de Aduanas, Juan José Gómez Centurión, quien afirmó que no hubo de un plan de exterminio durante la última dictadura.
«No me interesa lo simbólico. Lo simbólico es subjetivo, la verdad es objetiva», dijo el también ex secretario de Cultura porteño. «No me puedo arrepentir de haber dicho los números oficiales, que luego fueron refrendados por el Ministerio de Justicia. El último informe de actualización de cifras de desaparecidos los hizo Martín Fresneda, secretario de Derechos Humanos de Cristina (Kirchner)», señaló.
El ex funcionario, quien se irá a trabajar al exterior, indicó: Soy una persona que cree en la historia, en los libros, en los documentos oficiales. El simbolismo habilita a manipular la historia. Es un símbolo (el número de 30.000) y me parece bárbaro, pero la verdad es que hubo 8.000 y pico, hasta tanto se llegue a 30.000″ porque se trata de un registro abierto.
El 25 de enero del año pasado, en una charla en Pinamar, Lopérfido afirmó que «en la Argentina no hubo 30.000 desaparecidos» y que ese número se acordó «en una mesa cerrada» para «conseguir subsidios», aunque nunca aclaró quienes, supuestamente, estuvieron en esa mesa. Tampoco mostró documentos oficiales o libros de historia que certifiquen su versión.
El ex ministro de Cultura porteño aclaró que tiene respeto por muchos referentes de los derechos humanos en el país. «Admiro la labor increíble de las Abuelas de Plaza de Mayo, respeto mucho a Adolfo Pérez Esquivel; no respeto intelectualmente a Hebe de Bonafini», aseguró.
Además, en sus declaraciones radiales, Lopérfido defendió el derecho de Gómez Centurión a expresarse, tras la polémica que desataron los dichos del titular de la Aduana en los que negó la existencia de un plan sistemático de exterminio de personas durante la dictadura iniciada el 24 de marzo de 1976, algo que el propio Jorge Rafael Videla reconoció antes de morirse.
Lopérfido aclaró que no avala los dichos de Gómez Centurión, pero remarcó: «Lo que me parece fascista, impulsos fascistas que todavía esta sociedad tiene luego de 12 años de kirchnerismo, es que él no tenga derecho a decir lo que piensa».
El ex director del Colón afirmó que lo que molestó de sus dichos del año pasado no fue el cuestionamiento de la cifra de desaparecidos, sino sus opiniones sobre los montoneros. «Atacaron la democracia, y lo sostengo. Los montoneros fueron aliados de (Emilio) Massera», destacó. A pesar de su creencia, todas las críticas que le realizaron fueron por el número de desaparecidos.