El Tribunal Oral Criminal Nº 4 de San Martín castigó con la pena de 16 años de prisión al ex subteniente de la policía de la Bonaerense, Hugo Daniel Pos, por considerarlo penalmente responsable del crimen de Rodrigo Alejandro Correa. El oficial fue juzgado por un jurado popular, compuesto por doce personas: diez de consideraron culpable.
“Por fin tuvimos justicia. De todos modos no estamos conformes con la condena que recibió la persona que le arrebató la vida a mi hijo, por lo cual apelaremos, lo mínimo que esperábamos era que lo sentencien a prisión perpetua”, cuenta Julio Correa, padre del niño asesinado, a Tiempo.
Rodrigo tenía 14 años y fue asesinado de un tiro en la nuca por el ex oficial de la Policía Bonaerense Hugo Daniel Pos, en el partido bonaerense de San Martín. El hecho ocurrió la noche del martes 17 de julio de 2017, en Billinghurst, cuando el menor y un amigo volvían a sus casas. Cuando llegaron a la esquina de Ocampo y José Hernández, se cruzaron con otros dos jóvenes que iban hacia ellos corriendo y un policía enfurecido que los perseguía a punta de pistola. El condenado vació el cargador de su arma reglamentaria y una de las balas impactó en la nuca de Rodrigo. Murió en el acto, mientras que los dos jóvenes que escapaban del ex uniformado, uno de 14 y otro de 16, resultaron heridos e internados en el Hospital Castex.
Cuando fue sometido a indagatorio Pos declaró que «al menos cinco adolescentes» lo quisieron asaltar «con un arma de fuego», y le pidieron «que les entregue sus pertenencías». Sin embargo, la única pistola secuestrada en la escena fue la suya -además de los casquillos calibre 9 milímetros-. Pos quedó imputado de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego contra Rodrigo, y la tentativa en perjuicio de los jóvenes internados.
La familia del chico recibió el acompañamiento de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional y fueron representados en forma legal por el abogado Nahuel Berguier. El letrado realizó un fecundo trabajo para que la Justicia entienda que el ex policía excedió los límites impuestos por la Ley y protagonizó un caso de gatillo fácil. “Ese día los chicos planeaban quedarse jugando a la Play Station en lo de Leonel, pero primero iban a pasar a buscar unos juegos por lo de Octavio. Caminaban por la calle ‘boludenado’, haciendo chistes. Más adelante caminaba el policía Hugo Daniel Pos, que no estaba cumpliendo servicio pero portaba su arma reglamentaria. De pronto el policía empezó a dispararles con su Thunder Bersa 9 milímetros. Descargó 16 tiros -todos los que tenía- contra sus cuerpos en pocos segundos, apuntando a 90 grados, apuntando a zonas vitales: con intenciones de matar”, asegura Vanina Pasik, integrante de la Campaña.