La candidatura presidencial de Roberto Lavagna movió el escenario político electoral. Abrió la posibilidad de que se transforme en un tablero de tres fuerzas con chances de ganar y no sólo de dos. La debilidad estructural que presentaba hasta ahora el armado del peronismo no kirchnerista, que apuesta a ampliarse sumando a los socialistas santafesinos y un sector del radicalismo, parece haber encontrado una potencial salida.
El exministro de Economía de Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde, a diferencia de lo que ocurre con Sergio Massa o Juan Manuel Urtubey, tiene más chances de aglutinar al tercio del electorado que por ahora no parece querer votar ni por el presidente Mauricio Macri ni por la expresidenta Cristina Fernández. Claro que, según la encuesta que se mire, en el escenario hay un tercio disponible o quizás menos.
Una buena parte de quienes no se inclinan por las dos opciones preponderantes hasta ahora está compuesta por votantes arrepentidos de haber respaldado a Cambiemos en 2015, pero que en esa elección ya habían optado por una alternativa al kirchnerismo. Lo hicieron confiando en las promesas que Macri realizó sobre todo en los últimos cuatro meses de campaña, cuando pegó el gran salto y «kirchnerizó» su discurso, asegurando que no cambiaría la esencia del rumbo económico y social que había tenido la Argentina desde 2003, que sólo se trataría de un «cambio de estilo» y de corregir la inflación. Es decir que los votantes que se sumaron a Cambiemos entre agosto y noviembre de 2015 imaginaron un gobierno mucho más moderado que el que terminó haciendo el macrismo.
Lavagna, impulsado por el expresidente Duhalde, apuesta a volver a ese punto de clivaje. Aspira a representar él un retorno a la política económica que ponía al mercado interno como gran ordenador y, al mismo tiempo, encarnar un estilo distinto de metabolizar la disputa política. ¿Es suficiente para ponerlo en el escenario de modo competitivo?
La última encuesta de la consultora Synopsis intenta comenzar a dar respuesta a varios de los interrogantes que se acaban de plantear, aclarando siempre que la postulación del exministro es reciente y todo está muy verde.
De entrada, dentro del propio universo de la «tercera opción», Lavagna arranca por encima de los otros precandidatos. Mide, haciendo un promedio de distintos escenarios, alrededor de 14 puntos frente a los 6,5 de Sergio Massa y 3,5 de Urtubey. La suma de los tres ubica al tercer «polo» en torno de los 23 puntos. En la misma medición, la candidatura de Macri tiene 29 puntos de intención de voto y la de CFK casi 28, una empate técnico que también aparece en otros sondeos.
Sobre este escenario, Lucas Romero, director de Synopsis, le dijo a Tiempo Argentino: «Todavía no estamos en un escenario de tres tercios y el gran interrogante de la dinámica electoral es si habrá un tercer polo. Hasta ahora ninguno de los candidatos que estaban en la cancha por ese espacio intermedio movía el amperímetro. Lavagna tenía muy buena imagen y efectivamente es más fuerte que Massa y Urtubey. Le da otro nivel de competitividad, pero por ahora no alcanza, aunque hay que aclarar que recién comenzó».
Otra dato que midió la encuesta de Synopsis es si hay terreno fértil para esta tercera propuesta. Romero sostuvo que es la primera vez que al preguntar si votaría por Cambiemos, por CFK, o por otra alternativa, esta última opción se impuso sobre las otras dos, aunque sin medir candidatos, lo que relativiza el resultado. «Lavagna es una figura de consenso para un sector frustrado con Cambiemos y que se había distanciado del kirchnerismo. Hoy representa eso.»
«El tema–aclaró Romero– es que en ese tercio del electorado que está indeciso están los que se definen al borde de la elección. Por eso es que para el tercer polo la clave es medir y luego existir, porque si no la gente no lo ve como alternativa real. Al no tener un candidato que mida, no existe. Lavagna genera una expectativa de que puede crecer, pero es una expectativa, no una realidad todavía.»
Siguiendo con las salvedades, el politólogo sostuvo que también es muy posible que «la grieta se lo coma». «Al estar en el medio lo van a atacar de los dos lados y eso lo puede complicar. Él hasta ahora se mantuvo intocado porque no participó del debate público, pero al ser candidato todo cambia. Su buena imagen se explica en parte porque quedó como el protagonista de la reconstrucción económica, después de la crisis de 2001, y también porque estuvo guardado todo este tiempo.»
Salir a la cancha cambia inexorablemente las cosas. «
La economía hegemoniza la agenda
Otro de los datos que midió la última encuesta de Synopsis es cuáles son las principales preocupaciones de la población. Como vienen indicando la mayoría de los sondeos, las cuestiones relacionadas con la economía lideran el ranking cómodamente. En este caso, la inflación encabeza las preocupaciones, con un 30,1% que lo consideró el principal problema del país; seguido por el desempleo que obtuvo 18 por ciento. Luego apareció la corrupción, con 16,8%; y la inseguridad con 13,5 por ciento.
Este resultado no permite interpretaciones lineales en el sentido electoral. A la hora de adjudicar la responsabilidad por la situación, los encuestados se dividen en tercios, aproximadamente, entre los que piensan que es completamente responsabilidad de Macri; los que dicen que todo es culpa de la herencia del gobierno anterior y los que reparten entre ambos.