A 60 años de la publicación de Operación masacre y a 40 de la Carta abierta de un escritor a la Junta Militar, se realizaron las Jornadas Rodolfo Walsh, en la unidad penitenciaria Nº 48 de San Martín, ubicada en los célebres basurales de José León Suárez, los que el periodista supo desentrañar con su pluma para el texto de aquél libro sobre los fusilamientos allí sucedidos.
Para ingresar a la unidad 48 hay que pasar por grandes portones y rejas. Allí se puede escuchar el rumor del silencio herido por el ruido de algún candado. Pero al llegar a la sede (CUSAM) que la Universidad Nacional de San Martín instaló en esa cárcel bonaerense, el sonido es diferente porque hay personas derribando muros con la palabra.
El pasado viernes se realizó el cierre del taller de periodismo en ese marco de articulación entre la UNSAM y organizaciones sociales del área del río Reconquista y cuentan con el apoyo de la Biblioteca Nacional. Los docentes y coordinadores invitaron a periodistas y escritores para conmemorar al militante asesinado y desaparecido por un grupo de tareas de la Armada el 25 de marzo de 1977.
Los estudiantes del taller de crónicas analizaron la denuncia y expusieron la precariedad institucional del sistema penitenciario. Lo hicieron tomando la palabra y levantando la voz para ser escuchados y, de esa manera, demostrar a la sociedad que pudieron romper con la exclusividad de la escritura para traducirla en inclusiva.
Los estudiantes en situación de encierro, denunciaron que las cárceles son producto del olvido social. También dejaron al descubierto todos los delitos que cometen los penitenciarios en perjuicio de los cautivos; violaciones a los Derechos Humanos en forma sistemática.
De la mesa también participaron oficiales del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). En medio del debate, los detenidos expusieron la criminalización de la pobreza y explicaron que existe un mapeo social del delito, donde los sectores más vulnerables son estigmatizados y etiquetados como los malos, lo negro, los salvajes, esos a quienes hay que reprimir. Sin embargo, los cautivos también comprenden que hay un problema cultural muy grave: tanto los presos como los guardias pertenecen al mismo sector de la sociedad.
Claro que los estudiantes, tomaron las herramientas que les brinda la escritura y ahora leen la sociedad en la que viven de una manera diferente. Están unidos y organizados. En la sede CUSAM se dicta la carrera de sociología, también talleres de formación y hasta una diplomatura en pedagogía.