A nueve meses de concluir su mandato, el presidente Alberto Fernández concretará la reunión que viene buscando desde 2021 con su par norteamericano Joe Biden. Fue pactada recién el año pasado y se postergó dos veces entre aislamientos por covid y versiones de estancamiento a los dos lados del teléfono. El encuentro será en el marco de una visita de Estado dentro de la gira que comenzará este viernes por República Dominicana para participar de la 28°Cumbre Iberoamericana. Aunque faltan confirmaciones oficiales, el presidente dejaría Santo Domingo el 28 de marzo para aterrizar en Washington el 29.
Tan trabajosa fue la gestón de la bilateral, que su realización implica una inflexión para la Casa Rosada, en un momento económico delicado y en la previa del arranque del tramo más caliente de este año electoral. El encuentro tuvo una suspensión imprevista en julio pasado, cuando Biden se contagió de covid antes de la cumbre y su reanudación quedó sin fecha. Esa indefinición desató todo tipo de especulaciones en el Palacio San Martín.
En Washington, el embajador argentino Jorge Argüello siempre mantuvo en pie el encuentro y sostuvo durante ocho meses que sólo le faltaba la fecha. En todo ese lapso retumbaron versiones sobre la caída definitiva de la cumbre. Algunos funcionarios señalaron al embajador norteamericano Marc Stanley como una de los representantes del Departamento de Estado que desaconsejaban la reunión porque consideraba que no había condiciones para que saliera bien. En los últimos ocho meses Fernández afrontó un dramático cambio de su Gabinete con la renuncia de Martín Guzmán y su reemplazo por Sergio Massa, uno de los políticos argentinos que tiene relaciones directas con la Casa Blanca y que viene de transitar meses de idas y vueltas con el Fondo Monetario Internacional para obtener la aprobación de la revisión del último trimestre del año pasado.
La ruta se habría comenzado a reordenar hace 20 días. El canciller Santiago Cafiero se reunió con su par norteamericano Anthony Blinken, en Nueva Delhi, India, en la reunión de ministros de la próxima cumbre del G20. En la cita, el jefe de la diplomacia argentina le pidió franqueza para saber si realmente se iba a concretar la postergada cumbre. La apuesta no fue ponerle una fecha sino definir si realmente había buena voluntad de concretarla.
Los detalles se habrían hilvanado este miércoles en Washinton durante una reunión entre Argüello y el director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional, Juan González. Hasta ahora la agenda de la reunión que tendrán en el Salón Oval será a «agenda abierta», pero el endeudamiento con el Fondo será un tema ineludible.
Todavía no se conoce quiénes serán parte de la comitiva presidencial, pero además de Cafiero se espera que viaje Massa, dentro de una agenda más amplia. El punto cúlmine de la visita de Estado será la bilateral Fernández – Biden. En ese momento sólo estan los dos presidentes y sus esposas, pero alrededor de ese momento se podrían concretar otros encuentros antes de regresar a Buenos Aires.
Además de los intercambios con el Fondo y los planteos argentinos sobre el impacto económico de la guerra en Ucrania, el temario de la relación bilateral es amplio y tiene temas económicos igual de complejos que la negociación con el staff que conduce Kristalina Georgieva. Desde noviembre de 2017, la administración del entonces presidente Donald Trump confirmó las sanciones al biodiésel argentino. Sucedió poco después de una visita de Mauricio Macri, para evitarlo.
Poco después de dejar Washington, Macri se enteró que el Departamento de Comercio estadounidense dio a conocer que aplicará aranceles de hasta 72% en las importaciones de biodiésel desde la Argentina. La virtual prohibición para las exportaciones a Estados Unidos de este combustible clausuró una venta anual de 1200 millones de dólares anuales, que significaba el 90% de las exportaciones de biodiésel argentino.