Tras el fallo de la Corte Suprema sobre la composición de un interbloque del Poder Legislativo, el Frente de Todos tiene pocos caminos a seguir. El oficialismo de la Cámara Alta se debate entre la insistencia, el desconocimiento y la ruptura. Por lo pronto, la mayoría del bloque ya habló en conferencia de prensa para sostener al senador Martín Doñate en el Consejo de la Magistratura. Y la designación del senador opositor Luis Juez tiene que llevar la firma de la presidenta de ese cuerpo legislativo, Cristina Fernández.
Los representates del bloque Unidad Ciudadana, que preside Juliana Di Tullio, ya anunciaron en conferencia de prensa que volverán a proponer a Doñate para el próximo período en el Consejo, que arranca el 21 de noviembre. Ahora falta la institucionalización de la mayoría del cuerpo y se evalúa una sesión especial para eso.
Juez quiso ser consejero y su amparo legal perdió en primera y segunda instancia, pero logró el fallo de la Corte. Pero necesita el decreto parlamentario del Senado, firmado por CFK, para asumir. Sin esa nota no puede entrar al Consejo, aunque el juramento se lo tome Rosatti, quien le mandó una nota personal al senador Martín Doñate para expulsarlo.
Además, como consecuencia del rechazo, la presidenta del Senado puede no firmar la autorización para que asuma por estos breves días y evitar así que, con alguna jugarreta, el senador macrista pretenda quedarse en la nueva conformación.
En el oficialismo se especula con que la Corte pudo avanzar con esta medida porque la división del bloque del Frente de Todos en Unidad Ciudadana y Frente Nacional y Popular fue posterior al fallo supremo que volvió a la ley de 2006 para armar la composición del Consejo y que colocó a Rosatti en su presidencia.
Otra de las opciones que se evaluaban era «vaciar» ese órgano y quitarle legitimidad. Para ello, se necesitaría contar con el respaldo del consejero Diego Molea para llevarlo a cabo. Molea, rector de la Universidad de Lomas de Zamora, responde a Sergio Massa y tejió un armado con radicales y peronistas. Se convirtió en el hombre clave dentro del Consejo porque cuenta con tres escaños del estamento de abogados.
De los 20 integrantes que debe tener ese Consejo que designa y echa jueces, sólo hay 12 designados, entre profesionales, académicos, representantes del Poder Ejecutivo y del judicial. Sobre esa docena, tres son del oficialismo, tres de Molea y seis de la oposición. Si el oficialismo se niega y no envía las notas para la nueva integración, quedan en pie solo esos seis integrantes opositores y no podrían sesionar.
Por eso es que en los pasillos del Consejo el mayor temor es que ponga en riesgo el funcionamiento de la institución. Sin embargo, para lograr eso es necesario que se pongan de acuerdo las presidentas de ambas cámaras, Cristina Fernández y Cecilia Moreau. Por lo pronto, Tiempo pudo saber que ese puente todavía no está tendido.
Una fuente de la cámara baja, cercana a la vicepresidenta, evalúa que más allá de la efectividad del fallo de la Corte y su posibilidad de concretar su cometido de expulsar a Doñate, el objetivo es atacar por todos los medios posibles desde el Poder Judicial a CFK, en medio de la espera del fallo por el juicio de Vialidad.