Dos horas después de que la Casa Rosada oficializara la partida de Javier Iguacel, el ex titular de Vialidad Nacional utilizó su cuenta personal de Twitter para abordar su salida, pero mantuvo los motivos en reserva. “Por razones que expliqué al Presidente, renuncié al cargo de sec. de energía, poniéndome a disposición para seguir acompañando la transformación q lleva adelante. La tarea para construir un país unido, honesto y justo es titánica. Requiere pasión y perseverancia”, escribió el funcionario, aunque en Balcarce 50 sostienen que Iguacel quería irse desde que fue degradado durante la reducción del Gabinete Nacional a la mitad que ordenó Macri hace unos meses. En esa oportunidad Iguacel pasó de ministro de Energía a secretario, dentro de un reordenamiento del Ejecutivo que hizo eje en la reestructuración de la autoridad económica del ministerio de Hacienda, dentro del endeudamiento contraído con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
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Desde que el Gobierno comenzó las negociaciones con la directora gerente del organismo, Christine Lagarde, puso en marcha un plan de resideño del Gabinete, donde el ministro Nicolás Dujovne fue sumando poder, al calor de la reducción de áreas que eran ministerios, pero que fueron subsumidas bajo Hacienda. Con algunas excepciones: hubo funcionarios que se resistieron a quedar en esa órbita, como el ex ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, que aceptó ser degradado a secretario, pero lejos de Dujovne con quien mantiene una pésima relación.
En septiembre, Iguacel no tuvo el mismo peso que el ex titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA) para evitar quedar bajo la férula de Dujovne. Duró tres meses dentro de la cartera de Hacienda hasta que el principal interlocutor del Gobierno con el FMI lo sacó del cargo, para reemplazarlo por Gustavo Lopetegui, un hombre que responde directamente al jefe de Gabinete Marcos Peña, y que se desempeñó como vicejefe hasta septiembre junto a Mario Quintana, quien dejó la administración de Cambiemos.
A diferencia del ex CEO de Farmacity, Lopetegui nunca se fue del Gobierno. Tampoco perdió poder. Desde septiembre quedó en las bambalinas del entorno de Macri, como asesor presidencial: un virtual controller de temas prioritarios para Peña, que ahora lo puso como secretario de Energía para que ejecute “sin resistencia alguna” el incremento de las tarifas eléctricas y gasíferas de acuerdo a una ecuación estratégica para Macri: cumplir con las pautas del FMI, que ya definió la importancia de reducir a cero los subsidios estatales a los suministros residenciales y provincializar las tarifas sociales.
A la par de los descabezamientos de funcionarios con rangos secundarios, Dujovne continuará sumando poder e influencia, hasta que la cartera de Hacienda finalmente vuelva a ser un Ministerio de Economía. Para completar esa arquitectura burocrática resta un largo camino que incluye el descabezamiento de la actual secretaría de Agroindustria, para extirpar a Etchevehere a pedido de Peña, y un posible reordenamiento del ministerio de Producción y Trabajo, que conduce Dante Sica, que tiene transitoriamente al área encargada de la relación económica con el agro.