El operativo para suspender las PASO del año que viene sumó esta semana una ofensiva dentro del Congreso. Se concretó pocas horas después de la histórica aprobación del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y fue sostenida por los diputados que responden a los principales impulsores de la movida: un puñado de gobernadores, en su mayoría peronistas, que son encabezados por el tucumano Juan Manzur, principal socio norteño del albertismo. El texto lleva la firma, entre otros, de dos de sus coterráneos: los diputados del Frente de Todos Pablo Yedlin y Mario Leito. La iniciativa es casi idéntica a otra presentada hace dos meses por el mendocino José Luis Ramón, del interbloque Unidad y Equidad para el Desarrollo, un conglomerado de aliados del oficialismo.
Ambas expresan el debate que bulle dentro de la coalición del Frente de Todos, pero ninguna de las dos cuenta con el apoyo oficial de la Casa Rosada y mucho menos del presidente del bloque oficialista, Máximo Kirchner. Así como el tema surca las entrañas del panperonismo, también lo hace en Juntos por el Cambio, que ya se pronunció en contra de la supresión temporaria de esos comicios, aunque varios de sus diputados, como Pablo Tonelli, presentaron en 2018 iniciativas para derogarlas en forma permanente. Las críticas de la alianza opositora no son unánimes: el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, encabeza la resistencia contra esos proyectos. Sin embargo, dos de los tres gobernadores radicales delinean un 2021 sin primarias: el jujeño Gerardo Morales y el correntino Gustavo Valdés.
El también radical y mandatario mendocino Rodoldo Suárez está entre los indecisos, pero ninguno de los tres desautorizará ahora a Larreta, que este viernes acordó una convivencia más pacífica dentro del PRO. Fue en la reunión «presencial» que compartió con el expresidente Mauricio Macri y las autoridades nacionales del partido, Patricia Bullrich y el diputado santafesino Federico Angelini.
El tema de las PASO fue parte de ese encuentro. Así como acordaron dejar de hablar mal de todo el peronismo y apuntar la munición gruesa contra el kirchnerismo, también definieron no hacer más pronunciamientos sobre las primarias por fuera del rechazo a los proyectos en danza que ya disparó Larreta. «No lo haremos hasta que ellos se pongan de acuerdo y definan qué quieren hacer», confió a este diario uno de los participantes del encuentro, mientras confirma que el silencio elegido tiene sus limitaciones en Juntos por el Cambio por el interés que tienen los dos caciques radicales en suprimirlas y apoyar en el Congreso un «acuerdo multipartidario» que se plasme en un proyecto legislativo.
En el oficialismo, el escenario no es muy distinto, pero desde sus latitudes ya salieron dos señales para cosechar apoyos de todos los pelajes y alimentar el «operativo clamor» que no impiden desde la Casa Rosada y que tiene un guiño del presidente Alberto Fernández. La iniciativa de Ramón, entre otras discretas voluntades, contó con el auspicio del titular de la Cámara baja, Sergio Massa y guiños de los diputados que integran el bloque lavagnista, conducido por Eduardo Bucca. El proyecto que ingresó este jueves, además de los tucumanos que responden a Manzur, cuenta con otros firmantes iniciales que también integran el FdT, como el sanjuanino Walberto Allende, que reporta directamente al mandatario cuyano Sergio Uñac, el primero que habló en contra de las PASO.
También se sumaron el pampeano Ariel Rauschemberger, de estrecho lazo con el gobernador Ariel Ziliotto; el chaqueño Aldo Leiva (cuya referencia es el mandatario Jorge Capitanich); y la jujeña Carolina Moisés, que en su provincia es opositora al gobernador Gerardo Morales, aunque en este tema ambos coinciden porque el radical tampoco quiere PASO el año próximo.
Por fuera de los firmantes de la coalición oficialista, hubo dos aportes que también fueron impulsados por ejecutivos provinciales. Es el caso de Diego Sartori, Flavia Morales y Ricardo Wellbach, del Frente de la Concordia Misionero, conducido por el mandatario Oscar Herrera Ahuad y el titular de su legislativo local, Oscar Rovira. Los tres integran el interbloque que preside Ramón, pero acompañan el texto de Yedlin como parte del gesto «multipartidario». También puso el gancho la patagónica Alma Sapag, única representante en el recinto del Movimiento Popular Neuquino, que dirige el gobernador Omar Gutiérrez.
El abanico de firmas es otra demostración destinada a la Casa Rosada, que no cosechó apoyos clave. Una alta fuente del bloque opositor aseguró a este diario que Kirchner les confirmó el jueves que ese proyecto no tiene el apoyo del conglomerado que preside. Es un mensaje muy parecido a las palabras que el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro», les dijo a Larreta y al titular del Comité Nacional de la UCR, Alfredo Cornejo, para ratificarles que el cronograma electoral sigue en marcha tal como lo establece la ley. En las entrañas del panperonismo esa respuesta también reverberó. Algunos gobernadores e intendentes del conurbano temen una ofensiva del kirchnerismo durante las primarias del año próximo para disputar las listas de concejales, legisladores provinciales y nacionales que competirán en las generales de octubre.
Por ahora, la Rosada no frenará el operativo clamor y cuenta con una llave temporaria para administrar el debate durante el verano. El Congreso está en período de sesiones extraordinarias y su temario es definido por el presidente. No hay señales en Balcarce 50 de sumar ese texto al plan de trabajo de 27 proyectos que pretenden tratar hasta fines de febrero. Si hubiera un decreto ampliando las extraordinarias, Massa debería definir a qué comisiones girar la iniciativa, pero en su entorno aclaran que el tema no está en su radar.
Desde la conducción nacional del PJ, a cargo del sanjuanino José Luis Gioja, reiteran que el tema no forma parte de su agenda. No pierden de vista los planteos de sus propios gobernadores, admiten que la ausencia de las PASO podría perjudicar a la oposición, pero advierten que es muy difícil que esta administración acepte la supresión de un mecanismo electoral impulsado por el expresidente Néstor Kirchner y transformado en ley durante la primera presidencia de CFK. Para la titular del Senado se trata de una herramienta institucional clave que no tiene «nada que ver» con una «gran encuesta nacional», como eligen definir a las PASO sus renovados críticos dentro y fuera del peronismo.