El bloque de la Unión Cívica Radical en la Cámara de Diputados se rompió por segunda vez en casi tres años, con un proceso de reunificación en el medio, que este miércoles por la noche llegó a su fin, luego del pronunciamiento de un sector de legisladores encabezados por Facundo Manes que se oponen al acercamiento de un grupo del bloque con la anuencia del titular del espacio, Rodrigo De Loredo. El acelerador fue la reunión en la Casa Rosada, prevista con anticipación, de diputados del oficialismo, el PRO y La Libertad Avanza con el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger.
Después del encuentro, el formoseño Fernando Carbajal disparó la señal de despedida. «Todos con la peluca puesta. Sobreactuando oficialismo. La oposición responsable daremos el debate del Presupuesto Nacional en la Cámara para defender la Universidad, las Provincias y municipios y a los jubilados», escribió el exjuez federal en su cuenta de X para cuestionar la reunión, que incluía la presencia de Rodrigo De Loredo, titular del bloque.
Corrieron pocas horas hasta que el sector liderado por Manes difundió un comunicado del nuevo espacio, . Para entonces el bonaerense Pablo Juliano sonaba como presidente del nuevo bloque radical, que fue bautizado con el nombre de Democracia para Siempre, y que ya cuenta con la definición de no compartir espacio con los correligionarios de la Cámara Baja que apoyen al Gobierno no se mantengan neutrales o indecisos sin condenar ese acercamiento.
«Hoy, el presidente del bloque y un grupo de diputados radicales decidieron sumarse como aliados al oficialismo. A esto le debemos sumar la votación de aquellos diputados que ratificaron los vetos presidenciales contra el financiamiento universitario y contra el aumento a los jubilados, quedando como único camino construir una nueva alternativa», sostiene el comunicado difundido anoche.
El nuevo espacio está integrado por Danya Tavela, Facundo Manes, Pablo Juliano (Buenos Aires), Manuel Aguirre (Corrientes), Marcela Antola (Entre Ríos), Ferando Carbajal (Formosa), Carla Carrizo, Mariela Coletta (CABA), Marcela Coli (La Pampa), Melina Giorgi Santa Fe, Juan Carlos Polini (Chaco) y Jorge Rizzotti (Jujuy).
Son doce voluntades dentro de las 33 que componen al grupo radical conducido hasta este miércoles por De Loredo. El mismo que en diciembre de 2021 lideró bloque UCR Evolución junto al entonces diputado Emiliano Yacobitti para confrontar con el entonces titular del bloque Mario Negri. Desde entonces, comenzó un proceso de ruptura que llevó más de un año de negociaciones de reunificación. De Loredo quedó al frente del espacio reunificado y anoche le tocó afrontar una fractura de un sector y el desconocimiento de su liderazgo.
El planteo del sector encabezado por Carbajal, Manes y Juliano es que no iban a compartir bloque con un sector del partido que se acercan al Gobierno y «se sienten parte del oficialismo», según sentenció uno de los más críticos. El problema no pasa por los cinco legisladores que acompañan al Gobierno, liderados por el tucumano Mariano Campero, sino por el resto del continente radical del bloque que critica sin romper o que, con sus quejas de baja intensidad, permite que la cercanía con el Gobierno se transforme en una alianza silenciosa.
Las últimas reuniones antes de la ruptura fueron promovidas por legisladores que no estaban dispuestos a dejar pasar a los «radicales con peluca», pero tampoco romper, sino que se comprometieran a respetar la decisión de la mayoría, y si no, que busquen una salida elegante. Es el caso de Julio Cobos o Mario Barletta, que realmente estaban muy incómodos con la posición de los cinco diputados del bloque bancando el veto universitario.
Montaron una mesa de diálogo que no funcionó. Este miércoles por la mañana el sector de Manes y los que responden a Martín Lousteau no fueron al encuentro, en un anticipo de la ruptura que se viene cocinando hace más dos semanas. En vez de estar en la reunión del bloque, se encontraron por separado y volvieron a reclamar la expulsión de los cinco cercanos al Gobierno, es decir Cantero, Luis Picat, Pablo Cervi, Federico Tournier y Martín Arjol, que respaldaron el veto de Milei.
La crisis está en pleno desarrollo y abre un reacomodamiento que no ha terminado. Es posible que el espacio que lidera Juliano sume nuevas voluntades o que, por el contrario, el bloque presidido por De Loredo siga con las tensiones que estallaron a los gritos el miércoles.
El bloque de la UCR era la cuarta minoría con 33 bancas, detrás de Unión por la Patria (99), La Libertad Avanza (39) y el PRO (37). Estaban por encima de Encuentro Federal (16) y ahora el división del espacio cambia ese mapa antes de debates determinantes, como el tratamiento del Presupuesto 2025, que podría llegar al recinto a fines de noviembre.
Sin embargo, la fractura radical en Diputados aumenta las chances del oficialismo de consolidar el tercio necesario para blindar futuros vetos presidenciales, como ya sucedió con la Ley de movilidad jubilatoria y la de financiamiento universitario, para las cuales la oposición no pudo sumar los dos tercios necesarios para insistir la norma y rechazar el veto.