El sistema democrático se basa en un concepto fundamental, hoy dejado intencionalmente de lado por los grupos de poder, pero imprescindible para definir al sistema: la Soberanía Popular.
El Pueblo es el Soberano, el titular de los derechos, el sujeto y objeto de la democracia y gobierna a través de los representantes que elige. Sin Soberanía Popular no hay democracia real .Algo tan elemental, pero que permanentemente no sólo hay que recordar, sino pelear.
El poder real, los grupos concentrados siempre quisieron sustituir al pueblo por sus propias decisiones basadas en sus intereses, con fraudes, golpes o engaños.
Nuestro pueblo ejerció este derecho soberano recién en 1916, y celebramos este jueves 6/10 su centenario. Pero también celebramos al Movimiento nacional, popular y democrático que consagró siempre este derecho, primero con Yrigoyen, después con Perón, con Alfonsín, con Néstor y con Cristina.
Durante décadas, los argentinos vivimos enfrentados por cuestiones secundarias y nos costó muchos años reconocer lo que estaba a la vista, la contradicción fundamental entre dos modelos de país, entre intereses encontrados irremediablemente.
Radicales y Peronistas discutieron inútilmente si la libertad o la igualdad, cuando una y otra son imprescindibles. No hay libertad posible si no luchamos por la igualdad y no habrá igualdad jamás, sin libertad para los hombres.
Tuvimos que pasar el horror de las dictaduras para comprender que el enemigo de la democracia, el enemigo del pueblo siempre era el mismo, el poder económico concentrado; que como las capas que recubren la cebolla, actúan como una máscara que cubre su rostro pero que mantiene su esencia.
El primer radicalismo lo había llamado La Causa contra el Régimen. Era los intereses de los desposeídos contra la oligarquía corrupta. Esa formulación de fines del siglo XIX, la va a expresar Perón en la década del 40 y la va a simbolizar en Patria o Colonia. Los mismos intereses, con otros actores que representan la misma contradicción de proyectos.
En los 60 el Alfonsinismo la denominó Pueblo y anti pueblo y la juventud Peronista hablaba de Liberación o Dependencia. Con la globalización por un lado y la imposibilidad de golpes tradicionales por el otro, hoy esa contradicción se expresa en democracia o corporaciones.
Este jueves, en Atlanta, celebramos al Pueblo en ejercicio de su soberanía y también, a los líderes que a lo largo de un siglo, fueron conductores y fieles representantes de la voluntad de su pueblo.
Hablarán Leandro Santoro, Mempo Giardinelli, Gustavo López, Sergio Palazzo, Leopoldo Moreau y Cristina Fernández de Kirchner.
Sabemos que la democracia se construye y reconquista en todos y cada uno de los momentos de la vida de los pueblos. Convocamos a todos los que se sientan parte de esta historia, la del campo popular, a que nos acompañen y que juntos podamos construir una democracia para siempre y una patria para todos.