Una encuesta entre 1231 empresarios agropecuarios y 200 asesores de éstos arrojó impactantes resultados sobre los efectos de la sequía. De acuerdo con los datos divulgados por CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola), el 87% de las empresas agrícolas y el 94% de las ganaderas registraron impactos negativos por la falta de lluvias.
La encuesta indicó que la sequía ya ha generado pérdidas en el 8,6% del área sembrada con soja de primera y en el 18,4% de la de segunda. La de primera es la soja sembrada al principio de la primavera, mientras que la de segunda lo es al final de esa estación. La diferencia de impacto de la sequía es porque los sembradíos de septiembre-octubre tuvieron más tiempo para crecer antes de que la falta de agua los afectase hasta su destrucción total.
El área afectada, aunque no totalmente perdida, tiene dimensiones mucho mayores: en la soja de primera llega a un 58,9% con mermas de rendimiento del 29,6%; en la de segunda, el impacto alcanza al 66,8% de la superficie con una disminución del rendimiento del 47%. Así las cosas, las caídas en los rindes estarán presentes en la mitad de los sembradíos de soja, sostuvo la encuesta de CREA.
En el caso del maíz, la destrucción de área sembrada es algo menor que con la soja: 5,2% en maíz temprano y 13,4% en maíz tardío. Según la encuesta de CREA, un tercio de la producción de maíz se verá afectada por la sequía con menores rindes.
Entre las empresas ganaderas, la sequía generó pérdidas en las pasturas y en los campos naturales. La menor cantidad de forraje repercute «sobre variables claves como la retención de vientres, en la que se registra un aumento considerable de empresas que planean disminuir la retención (16%)», indica la encuesta. La caída en la producción de forrajes también afecta a los tambos.
La destrucción de área sembrada y la caída de los rindes implica una fuerte caída en los ingresos de divisas. El gobierno espera los dólares provenientes de las exportaciones agropecuarias para sacar la presión sobre el tipo de cambio, más cuando caerá el ingreso de divisas proveniente del endeudamiento en el exterior.
Con este panorama desolador, en el Ministerio de Finanzas aceleran la toma de deuda en divisa pero dentro del mercado local a partir de los depósitos e inversiones realizados por residentes argentinos.