Durante la conferencia de prensa que dio Adriana Garnier Ortolani en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, la nieta 126 contó que en su partida de nacimiento figuraba como anotada en la localidad de Wilde, partido de Avellaneda, a pesar de que toda su familia era de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Por qué Wilde? En esa localidad tenía su clínica privada la médica Juana Elena Arias de Franicevich, la partera fallecida que firmó su partida de nacimiento falsa al igual que, por ahora, la de otros tres jóvenes apropiados.
Desde hace más de dos años, la Unidad Especializada en casos de Apropiación de Niños y Niñas durante el terrorismo de Estado investiga junto a la Unidad Fiscal de La Plata los nacimientos registrados por la partera que era cercana al médico de la policía Jorge Bergés.
Desde ese momento se relevaron 95 casos sospechosos que pasaron por sus manos entre 1976 y 1978, 4 resultaron ser bebés apropiados durante la última dictadura y 66 resultaron negativos al cruzarse en el Banco Nacional de Datos Genéticos, mientras que hay otros que se encuentran en curso.
El caso de Ana libertad (Baratti de La Cuadra, en 2014), que se inició con una investigación de la Unidad, fue el primero en el que apareció esta mujer. Parecía un caso aislado, hasta que después apareció un segundo caso y entonces comenzamos a mirar esa reiteración, contó a Tiempo Pablo Parenti, fiscal a cargo de la Unidad Especializada que funciona en la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.
El segundo caso al que se refiere es el de Martín Ogando Montesano, el nieto 118 al que Abuelas le restituyó la identidad. Al año siguiente, le siguió Maximiliano Menna Lanzillotto, cuya partida también tiene la firma de Franicevich.
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Los médicos del Circuito Camps
Parenti explica que en cada distrito la búsqueda de niños se focaliza en detalles que los distinguen de otros. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el patrón en casos que se lograron resolver es que no se repiten los médicos que firmaron las partidas, salvo el cardiólogo Julio Cesar Cáceres Monié. En cambio, la gran mayoría de los casos resueltos fueron inscriptos como partos domiciliarios.
En la provincia de Buenos Aires, y en el Circuito Camps en particular, existió una red de médicos conectados con Bergés que intervinieron en apropiaciones y firmaron las partidas de nacimiento falsas de esos bebés de personas desaparecidas. Nombres como el de Bergés, la partera Iris Villar de Huertas, Nora Manacorda o la propia Franicevich se repiten en las actas oficiales.
Pero no sólo participaron del ocultamiento de bebés en el marco del terrorismo de Estado. En el caso de la partera de Wilde, muchos de los casos que no dieron coincidencia en el Banco de Datos Genéticos fueron víctimas de redes de tráfico de niños, un fenómeno que fue enorme en esos años y que en muchos casos se entremezcla con los circuitos de entrega de bebés apropiados.
Esa fue la primera sospecha de Adriana, la hija de Violeta Graciela Ortolani y Edgardo Roberto Garnier, cuando el primer estudio genético le dio negativo: La sensación fue muy distinta, de pensar que había sido abandonada, vendida, no deseada, y de vivir con eso, que tampoco sabía si era cierto, a sentir que fui una persona muy querida, que lo soy, muy deseada, muy buscada y que tengo una familia hermosa, describió en la conferencia de prensa.
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Sabíamos que era una partera vinculada al tráfico de niños, porque ya habíamos tenido varios casos de personas que se había presentado espontáneamente y habían dado negativo en el Banco. Hay muchos actores vinculados a la entrega de niños y que en el medio firmaron partidas de hijos de desaparecidos. Bergés también tiene un montón de casos negativos, porque se dedicaban al tráfico, explicó Parenti.
Los casos negativos
Esta cruza de información sobre Franicevich tuvo también resultados inesperados. Días atrás, como en una trama cinematográfica, dos mujeres de la misma edad se presentaron en juzgados distintos con dudas sobre su origen y partidas de nacimiento firmadas por la médica de Wilde. El ADN de las dos fue al Banco de Datos Genéticos pero no coincidió con ninguna de las familias que busca a bebés apropiados en dictadura. Pero el destino les esperaba una sorpresa: el estudio de ADN determinó que son hermanas mellizas.
Este es uno de los pocos casos que estos jóvenes logran reunirse con su familia a pesar de que sus casos no se vinculan con el terrorismo de Estado. En uno de los casos, quien decía ser el padre de una joven confesó que la había adoptado de manera irregular. En otro, la sospecha de una investigadora de la Unidad a partir de los datos de dos personas nacidas el mismo día llevó al reencuentro de una hija con su madre.
En general, es muy difícil porque los casos negativos terminan ahí, no hay manera de seguir la investigación. El Estado tiene una deuda pendiente. Sería algo muy bueno también para nosotros que se realice esa tarea, cuando citamos a alguien y da negativo, no tenemos más nada que contestarle, analizó el fiscal.