Las perspectivas no eran para nada buenas y se anunciaba una primavera seca y calurosa. Pero las últimas lluvias trajeron alivio y cambios favorables para la producción. Desde agosto que no caía una lluvia significativa para el trigo, la cebada, la avena, el centeno y la arveja que se encontraban en un estado crítico. Un informe de la Bolsa de Cereales de Rosario estimaba a principios de octubre que casi la mitad del trigo de la región se encontraba en un estado regular y malo, y que se necesitaban como mínimo de 25 a 30 milímetros de lluvia para frenar la caída.
Estas precipitaciones impulsaron una recuperación en los niveles de humedad, fundamentales para los productores de trigo que ahora proyectan un rendimiento por debajo de lo esperado, pero evitando grandes pérdidas. De esta forma se mejoraron las perspectivas, “porque al trigo lo agarró justo en la etapa de maduración, en la del llenado del grano, y de una cosecha mediocre… Ahora no va a ser récord, pero pasa a ser buena”, describe Silvio Antinori, vicepresidente de la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe).
Isaías Ghio, también integrante de la Fecofe, destacó la importancia de las lluvias recientes en el sureste de Córdoba: “Han sido clave para el trigo que se encuentra en fase de definición de granos, mostrando lotes parejos con espigas bien formadas que puede ser signo de futuro buen peso de granos”.
Con relación al maíz, Ghio –que también forma parte de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Camilo Aldao– analizó que las precipitaciones permitieron “un notable avance en la siembra, acercándose al 65% de la campaña anterior” y para la soja espera “un buen inicio de siembra, con la expectativa de que cuando oree la tierra se podrá avanzar con la labor, y hacerlo en tiempos normales”.
“Apenas haya piso en el campo de la pampa húmeda van a tener que poner semáforos, porque van a salir todos a sembrar” alerta Silvio Antinori sobre el futuro de la soja que, con reservas hídricas suficientes, espera una mejora en las estimaciones proyectadas. “Se avizora un buen nacimiento también de las hojas que es muy importante porque se juntó buena cantidad de humedad”, explica.
Aunque se aguarda un enero complicado, con posibles récords de temperatura que podrían poner en riesgo los cultivos, el cambio que trajeron las lluvias actuales es significativo y los productores mantienen la esperanza en el clima que paró la sequía y el calor persistente de esta primavera. «Esperamos que pueda suceder algo similar en enero y transformar el escenario”, comenta el productor santafecino que se esperanza con que un giro climático favorable como el reciente logre amortiguar los efectos de la sequía prolongada.
Cambio de ánimo más allá de los productores
Esta modificación del clima en la zona agrícola del sur de Santa Fe «cambió el ánimo no solo del productor, sino también del que ofrece servicios del agro», comenta Silvio Antinori, que además de ser dirigente de Fecofe es presidente de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Armstrong. La región se caracteriza por una economía que depende de pequeños y medianos productores, un factor distintivo en comparación con áreas dominadas por grandes pooles de siembra. Según Antinori, esta estructura permite que el sector agrario dinamice la economía local, beneficiando a una amplia red de actores económicos.
El impacto positivo de estas lluvias va más allá de los productores de la tierra. «Es el que ofrece el servicio el que se va a beneficiar y, por ende, también repercute en la localidad», destaca Antinori. El efecto se extiende a talleres, comercios y otros servicios relacionados, lo que refuerza el vínculo entre lo urbano y lo rural, el “circulante” de esta actividad resulta esencial para el desarrollo de la región.
Antinori también subraya un cambio lento hacia la diversificación agrícola, impulsado en parte por los impactos de la sequía. «De a poco se va volviendo a la diversificación», comenta, mencionando que ahora existen criaderos de cerdos, algunos feedlots y hasta molinos harineros que permiten procesar parte de la producción local. Aunque la soja sigue siendo dominante, cada vez más consideran alternativas para mitigar el riesgo del monocultivo teniendo en cuenta que su rendimiento sigue siendo positivo, pero “ya no son los mismos resultados que años atrás en beneficio del productor”.
Desde el sector analizan que todavía hay una fuerte inclinación por la exportación en la zona, pero vienen trabajando con diferentes propuestas organizativas para lograr que esta tendencia cambie en los próximos años.
El estado del suelo fuera de la zona núcleo
Fuera de la región núcleo, el sur de La Pampa, el sur de Buenos Aires y el Noroeste Argentino (NOA) experimentaron precipitaciones, pero en menor medida. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario publicado la semana pasada, “se han superado ampliamente los valores normales de octubre, aunque la recuperación de los suelos sigue siendo muy despareja”.
En sectores del sudeste de Córdoba, por ejemplo, algunas áreas pasaron de sequía a posibles excesos hídricos en solo diez días, mientras que el norte de Santa Fe permanece en un estado de déficit. “Octubre entregó todo lo que se le pedía y mucho más, y existe la probabilidad de que ocurran nuevas precipitaciones a inicios de noviembre”, detalla el informe, anticipando un posible refuerzo de estas mejoras climáticas.