En la Quinta de Olivos estaba todo listo para una cena de Nochebuena familiar e íntima, de no más de 15 personas. Sin embargo, Alberto Fernández decidió pasadas las 19 horas ir a compartir la mesa con más de 600 argentinos que habitualmente pasan las Fiestas en la Iglesia de San Cayetano, en el barrio de Liniers.
Así, sólo acompañado por su mujer, Fabiola Yánez, y el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el presidente llegó sorpresivamente al santuario del patrono del pan y el trabajo luego de las 21.
Vestido de manera informal, camisa blanca con mangas arremangadas y pantalón negro, Fernández departió con los feligreses y el cura párroco, y se tomó fotografías con mujeres, hombres y niños que se le acercaron.
La decisión del presidente encuentra su explicación en la excelente relación que mantiene con el grupo de curas villeros, a quien visitó varias veces durante la campaña electoral y ante quienes de comprometió a combatir los flagelos del hambre y la droga. De hecho, sólo dos curas recibieron la noticia oficial de la visita de Alberto Fernández poco antes de que el presidente partiera desde Olivos hasta Liniers.
Las imágenes del Presidente en San Cayetano fueron difundidas pocos minutos antes de la medianoche por el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi, desde su cuenta de Twitter.
Previamente, Alberto Fernández había enviado un mensaje a través de sus redes sociales: «La Navidad nos invita a reflexionar sobre el otro, que es también una reflexión sobre nosotros. Esta Navidad los invito a tenderles la mano a quienes sufren y, entre todos, construir la Argentina que soñamos. Felicidades para todos y todas», escribió el presidente en sus redes sociales personales.
