Estos días volvió a escucharse fuerte en los pasillos judiciales un apellido, «El» apellido: Mahiques. Uno del clan, Ignacio, saltó a las tapas de los diarios por ser uno de los fiscales que acusó a Cristina Fernandez de Kirchner, en el juicio en su contra que empezaría la próxima semana.
Si hay una familia que salió ganando en estos años de “law fare”, esa es la familia Mahiques, beneficiarios netos de estos tiempos. Nulos costos y muchas comodidades de patriarcas.
Ignacio Mahiques, en junio en 2015, fue nombrado Fiscal Federal en Victoria, Entre Ríos. Pero como el cargo no estaba creado se desempeñó como Fiscal de Instrucción de la Ciudad de Buenos Aires. Fue en ocasión del asesinato de Andrés Vieira, un joven en situación de calle en el barrio porteño de Boedo, que conocimos al fiscal junto a Juan Grabois como abogados de MTE-CTEP. Le pedimos justicia y prestamos desde el inicio, junto a los operadores terapéuticos del Barrial de Once de «Vientos de Libertad» donde asistía Andrés, nuestra colaboración con la causa para esclarecer los hechos e investigar posibles móviles y complicidades policiales y narcos.
A casi diez meses del hecho, la causa duerme el sueño de los justos en el despacho del fiscal, quien nunca se esmeró en producir prueba relevante para esclarecer el hecho, luego de habernos manifestado compromiso y de haber mostrado impulso inicial en la investigación delegada a su cargo. Desde hace meses, no nos recibe cada vez que nos presentamos en su despacho y su auxiliar solo se limita a informarnos «que seguramente nunca sepamos quién mató a Andrés».
Evidentemente, Ignacio Mahiques tenía otras ocupaciones más importantes que cumplir, antes que sus obligaciones como funcionario público en la fiscalía en la que estaba designado, para entre otros casos, investigar quién mató a un pobre pibe en situación de calle que peleaba contra las adicciones. Su carrera judicial, y congraciarse con el oficialismo de turno, eran y son tareas más importantes que velar por la justicia y el descanso en paz de los excluidos. Hoy, «Nacho» espera su premio: ser designado como Juez en el distrito judicial de Mercedes.
Su hermano, Juan Bautista Mahiques, a quien impugné el pasado mes en su postulación como Fiscal General de la Ciudad de Buenos Aires, es una de las principales espadas del macrismo en la justicia. Apadrinado por Daniel Angelici, el actual presidente de Boca, fue nombrado como subsecretrario de relaciones del Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia de la Nación. Es uno de los responsables políticos de la gravísima situación en la que se encuentran las cárceles de nuestro país, con problemas de infraestructura, sobrepoblación, corrupción penitenciaria y torturas para con los internos. Es también miembro del Consejo de la Magistratura en representación del Poder Ejecutivo y desde allí fue el primer impulsor de la denuncia contra el Juez Federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla. Este ascenso, un verdadero premio para JB Mahiques, fue anunciado dos días después de realizar dicha denuncia contra el Juez de Dolores.
Si algo no se puede negar de los Mahiques es lealtad al poder político de turno, absoluta falta de independencia como magistrados y una misión clara en el presente: perseguir a Cristina a cambio de privilegios y beneficios personales en sus carreras judiciales, mientras, vaguean como funcionarios en las causas de privados de libertad y pobres víctimas que tienen bajo su órbita. Tal vez no hayan podido o no hayan querido hacer otro camino distinto al de su padre: Don Carlos Mahiques, ex Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, designado por María Eugenia Vidal. Antes, Juez de Casación de la Justicia Ordinaria de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy, premiado con un «traslado a dedo» como camarista federal.
Todos los Mahiques conducen a Comodoro Py y a sus entramados mafiosos a la hora de chequear causas armadas, otras archivadas, privilegios y beneficios feudales del que gozan buena parte de los jueces y fiscales de nuestro país. Vale decir que el actual Procurador General de la Nación, el Dr. Casal, dio de baja todo el sistema de traslados legales que existían en la anterior gestión, salvo dos: el de los dos fiscales que hoy acusan a Cristina: Luciani y «Nacho» Mahiques. La selectividad del Procurador chorrea hacia abajo y empapa a sus subordinados de arbitrariedad y falta absoluta de discrecionalidad, principios fundamentales de la labor fiscal que los varones nombrados parecieran no considerar a la hora de desempeñarse.
Desde el Frente Patria Grande impulsamos una reforma profunda del sistema de justicia en nuestro país, que termine con los privilegios, las mafias, la adicción al oficialismo de turno y que consagre un verdadero sistema de justicia democrático, independiente y transparente, al servicio de las mayorías populares y el Estado de Derecho. Por eso, impulsamos entre otras medidas el establecimiento de la absoluta obligatoriedad del ingreso democrático –por concurso y por sorteo público- de todo/a empleado/a de la administración de justicia, y establecer un régimen de ascensos transparentes y públicos, junto a la creación de un Consejo Nacional Anticorrupción en el ámbito del Poder Legislativo, con participación de organizaciones sociales y con un titular elegido por concurso por un plazo determinado.
Estamos convencidos de que el pueblo argentino no tolera más a este Poder Judicial. La Argentina que viene necesita una ciudadanía responsable que le sople en la nuca a cada uno de los funcionarios judiciales, legislativos y ejecutivos que tienen el deber de velar por nuestros derechos, al mismo tiempo que actuar como verdaderos servidores públicos del proceso de reconstrucción nacional y transformación social que deberá afrontar nuestra patria en los tiempos que vivimos. Por todo, desde Patria Grande convocamos al pueblo argentino a manifestarse pacífica y responsablemente contra los atropellos de este poder monárquico que pretende acorralar a nuestra joven y herida democracia.