Imponer contenidos religiosos implicaría un escándalo político enorme, explica Manuel Becerra, docente de la ciudad de Buenos Aires y autor del blog Fue la Pluma (http://fuelapluma.com), que entre sus publicaciones tiene varios mapas de la laicidad educativa en la Argentina.
Días atrás el ministro de Educación, Esteban Bullrich afirmó que vendría muy bien que todas las religiones tengan su espacio en las escuelas y desató un escándalo. Algunos lo interpretaron como un lanzamiento de su campaña política, ya que suena fuerte como posible candidato de Cambiemos en la Provincia. En la actualidad solamente tres provincias argentinas imponen la educación religiosa en los programas escolares, Salta, Tucumán y Catamarca.
Becerra considera un anacronismo absoluto el debate entre educación laica y religiosa en la Argentina. Además piensa que resultaría una traición a los planteos de Sarmiento que era un laicista recalcitrante.
-¿Es posible que un ministro nacional modifique la currícula escolar?
-El Ministerio de Educación a partir de la década del ´90 no tiene incidencia porque no administra escuelas. Coordina a nivel contenidos lo básico que debería enseñarse en todas las escuelas del país. Los contenidos son consensuados por el Consejo Federal de Educación, en donde participan los 24 ministros provinciales y el ministro de Educación de la nación. El ministro, no puede tomar ninguna decisión de este tipo mediante una resolución o un decreto. La Constitución explicita que es el Congreso quien legisla en materia educativa. El Consejo Federal es quien define los contenidos y la autoridad de aplicación son el Ministerio de Educación y los ministerios de las provincias. Desde los ´90 el ministerio perdió su potestad de decidir sobre los contenidos. El sistema educativo argentino está descentralizado.
-¿Quién puede cambiar los contenidos en la provincia de Buenos Aires?
-El trámite para cambiar los contenidos educativos es un trámite legislativo. El Poder Ejecutivo no tiene esa potestad. En Catamarca, Salta y Tucumán, son las constituciones provinciales y las leyes de educación de la provincia las que determinan los contenidos educativos. Imponer contenidos religiosos implicaría un escándalo político enorme en la Provincia. La constitución bonaerense es prescindente en ese sentido, no impone ni un sistema laico ni religioso, aunque parecería inclinarse hacia lo laico. Hay jurisprudencia que avala la laicidad educativa con dictamen del Ministerio Público Fiscal y una tradición educativa que se apoya en la ley 1420. Además el Ministerio Público realizó un dictamen que indica que debe cesar la educación religiosa en el horario escolar.
-Sin embargo hay tres provincias en las que no se aplica.
-El dictamen del Ministerio Público responde a una denuncia contra el gobierno de Salta por discriminación. Los chicos que no van a catequesis son marginados de ciertas dinámicas grupales y son víctimas de discriminación. El dictamen enumera una serie de casos en donde eso está clarísimo. Si a un nene vos lo marginás del resto porque no participa de los rituales de la religión católica, lo señalás como un raro. Esto es lo que recoge el procurador y por eso le recomienda a la Corte declarar inconstitucional el artículo 27 inciso ñ) de la Ley de Educación de Salta que obliga a impartir educación religiosa en las escuelas. Esto es lo que recoge el procurador y, en base a la Ley 1420 le recomienda a la Corte que la educación religiosa se imparta fuera del horario escolar. Ahora es la Corte la que debe definir si el artículo es inconstitucional o no. Generar una nueva Ley de Educación no es sencillo. Y modificarla desde la prescindencia religiosa hacia la enseñanza religiosa ería escandaloso a todo nivel. Dentro de Cambiemos hay gente liberal en este sentido que tiene una posición contraria. No lo veo viable ni siquiera políticamente.
– ¿Tiene sentido impulsar este debate?
-Me parece un anacronismo absoluto. En las escuelas hay algunas prácticas que remiten a la religión, como armar un árbol de navidad, pero no implica una educación atravesada por la religión. Pero en las prácticas educativas se tiende a separar la educación de la religión. No veo un fundamento actual para volver a introducir la educación religiosa en las escuelas. Se supone que hay una tendencia hacia la diversidad, a no imponer identidades. Pero introducir la enseñanza religiosa implicaría elegir entre algunas religiones, eso sería jerarquizarlas. Los planteos no tienen ninguna seriedad.
-¿Se puede proponer de enseñar todas las religiones?
-Cuando Bullrich habla de permitir todas las religiones es un sin sentido. En términos pragmáticos es imposible, no tiene ni pies ni cabeza, es un invento para generar un debate sobre temas sensibles y derivar la atención hacia otro lado. Ni Bullrich ni ningún ministro puede decir eso. Es un paso atrás de la ley 1420, que es fundante del estado argentino. Además de una traición a los planteos de Sarmiento que era un laicista recalcitrante. Bullrich habla desde su propia subjetividad, como una persona muy religiosa y perteneciente al Opus Dei. El ministro de Educación no puede decir cualquier cosa. Es absolutamente impracticable en términos políticos, jurídicos, históricos y prácticos.