El discurso pronunciado por el presidente Javier Milei el martes pasado, con el objetivo de hacer un balance de su primer año de gestión, merece un profundo análisis. Los supuestos logros que destacó distan bastante de la realidad que transcurre en el día a día de los argentinos/as e incluso de las propias estadísticas oficiales.

Durante las últimas semanas, un tema recurrente, y que además caracterizó la retórica de otros modelos neoliberales, es la promesa de un futuro venturoso. En esta intervención en particular, Milei afirmó: “estamos saliendo del desierto, la recesión terminó, el país finalmente ha comenzado a crecer (…). Esto no quiere decir que hayamos llegado a puerto, pero sí quiere decir que podemos terminar el año con alivio y que hemos dejado atrás lo peor y arrancar el año entrante con la certeza de que el futuro será cada vez mejor”.

Un breve análisis de los datos sociales y económicos indica que estas frases esperanzadoras no se condicen con la realidad. Si bien la actividad económica registró un alza del 3,4% durante el tercer trimestre con respecto al segundo, fue antecedido por dos trimestres con variaciones negativas. Un único trimestre positivo no es suficiente para marcar un punto de inflexión en el ciclo económico.

Además, este desempeño se da en el marco de una campaña favorable que experimentó el sector agrícola luego de la importante sequía del año pasado. Si quitáramos este efecto, el PBI se habría reducido en un 5,3% en lugar de la caída del 3,1% observada durante los primeros tres trimestres de este año, comparados con igual período del año anterior. Muy difícil describir este escenario como de recuperación.

Por otro lado, la información disponible para el cuarto trimestre muestra un devenir bastante heterogéneo. La industria, que había registrado variaciones mensuales positivas durante los tres meses anteriores, volvió a caer en octubre: -0,8% y aún se encuentra por debajo (-2%) del nivel anterior a la asunción de Milei.

La actividad de la construcción, por su parte, cayó un 4% mensual en octubre y se encuentra también un 30% por debajo de los niveles anteriores a noviembre de 2023. Esta tendencia negativa continuaría en noviembre, según los datos publicados por la cámara de empresas proveedoras de insumos del sector y por los índices de la producción de cemento.

En este marco, tampoco se evidencia, según dijo el Presidente, “un crecimiento sostenido del poder adquisitivo de los argentinos”. ¿Cómo podría estar ocurriendo eso en una sociedad en la que durante el primer semestre de este año 3,9 millones de personas se sumaron a la pobreza y 2,6 millones a la indigencia? Una sociedad en la que casi 170.000 personas del sector privado registrado y del sector público perdieron su trabajo desde que asumió la gestión libertaria hasta septiembre pasado. La contracara de lo que enuncia el Presidente se observa en el achicamiento del consumo privado, que en Supermercados y Autoservicios Mayoristas se redujo en un 12% interanual en el acumulado de los primeros nueve meses de 2024.

En la misma línea, Milei señaló que el salario básico promedio medido en dólares se incrementó. Efectivamente, tomando los primeros nueve meses del año, y utilizando la cotización del dólar MEP, el salario promedio de los trabajadores registrados creció un 32% en dólares, y las jubilaciones un 18%. No obstante, y como una referencia del costo de los consumos, podemos tomar tanto la Canasta Básica Alimentaria (que determina el nivel de indigencia) como la Canasta Básica Total (nivel de pobreza) que aumentaron un 44% en dólares.

Resulta evidente que gran parte de la población no se encuentra en mejores condiciones socioeconómicas que hace un año atrás. El “ajuste más grande de la historia de la humanidad”, como más de una vez se encargó de mencionar con orgullo el mandatario, hizo mella en la mayoría de la ciudadanía argentina.

Tampoco podría afirmarse que, citando nuevamente las palabras de Milei, se cumplió con la “promesa de cuidar a los más vulnerables durante el ajuste”. Específicamente, si tomamos el gasto en términos reales acumulado entre enero y octubre de este año y lo comparamos con igual período del 2023, el gasto en AUH creció en $680.000 millones, a pesos constantes de octubre de 2024. Pero el gasto en otros programas sociales (Potenciar Trabajo, políticas alimentarias, Progresar y otros) se redujo en $3.500 millones; las erogaciones en Pensiones no contributivas bajaron en $660.000 millones; y la asignación al PAMI cayó en $108.000 millones. En síntesis, el balance en términos sociales es también negativo.

Liberalización del comercio

Otro de los puntos que trató Milei en el discurso y en otras intervenciones recientes fue la relación de Argentina con el mundo en materia comercial. En el marco del reciente acuerdo Mercosur-Unión Europea, el mandatario dejó en claro que para su gobierno “el objetivo último en el Mercosur es aumentar la autonomía de los integrantes del organismo de cara al resto del mundo para que cada país pueda comerciar libremente con quien quiera según les convenga”. Manifestó estar avanzando en una propuesta para “eliminar trabas arancelarias que dificultan el comercio dentro del bloque” y “reducir el arancel externo común que nos encarece la vida a todos”.

Una postura que difiere de la del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien consiguió acordar algunos puntos específicos con el bloque europeo en aras de proteger el desarrollo industrial de su país. Tal como dejaron trascender los medios europeos, estas medidas van desde suspender la reducción arancelaria para un sector o retomar la anterior (35%) en caso de que un aumento de las importaciones europeas genere un daño a la industria local, hasta la aplicación de restricciones a las exportaciones de minerales estratégicos para estimular la agregación de valor en ese sector.

Al mismo tiempo, Milei adelantó que impulsará un tratado de libre comercio bilateral con Estados Unidos durante 2025. Si bien resta conocer cuáles serán los términos del mismo, en materia agropecuaria el país del norte es competitivo con Argentina al tiempo que su desarrollo industrial, no caben dudas, es mucho mayor. Además, al tener en cuenta las declaraciones del presidente electo Donald Trump en las que manifiesta que una de sus primeras órdenes ejecutivas será la imposición de un arancel del 25% a todos los productos provenientes de México y Canadá, las posibilidades de un acuerdo parecen limitadas.

Como conclusión para esta columna, resulta interesante tomar algunas frases dichas por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner al asumir la presidencia del Partido Justicialista. Entre muchos otros temas, la exmandataria señaló que la actual administración nacional “no tiene un modelo productivo, tiene un modelo de valorización financiera” y agregó que “estamos en un ciclo de depredación y apropiación”. Más allá de la evaluación de la gestión del Gobierno, hizo una convocatoria a “formar cuadros políticos y técnicos, informar, planificar, divulgar y organizar”. Considero que fue un nuevo paso en el proceso de revalorización de la política en la Argentina, como así también una forma de disputar la batalla cultural que este Gobierno está dando, un tema reconocido y enfatizado por el presidente como uno de sus principales objetivos. «