La Corte Suprema de Justicia dejó firme una condena a dos años de prisión por amenazas a policías dictada contra la dirigente social Milagro Sala, en el marco del caso conocido como «Causa de las Bombachas», en el que en un principio había resultado absuelta.
Se trata de un expediente en el que se acusó a la líder de la Agrupación Tupac Amaru de llamar por teléfono a una comisaría y amenazar los policías para que abortaran un procedimiento contra otra dirigente social.
Los principales elementos sobre los cuales se apoyó el expediente fueron las declaraciones de los policías y el registro que ellos mismos dejaron en un libro de anotaciones de la comisaría.
Días atrás, el presidente Alberto Fernández consideró la persecución judicial contra Sala como “un caso del lawfare por antonomasia”, y había pedido a la Corte que revisara «con cuidado lo que ha pasado en el caso Milagro Sala, con cuidado y con atención».
La respuesta del Máximo Tribunal ocurrió apenas unos días después de esa entrevista con Pagina 12. La Corte dejó firme la condena al rechazar los recursos de queja que la líder de la Agrupación Tupac Amaru había presentado contra la sentencia en su contra.
“La parte recurrente no ha satisfecho el recaudo que exige demostrar la relación directa e inmediata de la pretensa cuestión federal con lo efectivamente resuelto”, sostuvieron los jueces al rechazar la queja interpuesta por la defensa de Sala.
“No se ha demostrado mínimamente la conformación de alguno de los supuestos habilitantes de la competencia extraordinaria de esta Corte”, señalaron los magistrados.
Se trata de la primera condena en contra de Sala en adquirir firmeza, mientras que hay otras que aún no fueron revisadas. Milagro Sala está detenida, ahora en prisión domiciliaria, desde 2016 cuando encabezó una protesta contra el gobierno jujeño de Gerardo Morales.
La referente de la Tupac Amaru había sido absuelta en esta causa por el beneficio de la duda en un fallo emitido por el Tribunal en lo Criminal 2 de Jujuy en diciembre del 2017, pero luego la Cámara de Casación Penal revocó esa sentencia y la condenó a tres años y dos meses de prisión efectiva y finalmente el Superior Tribunal de Justicia de esa provincia confirmó la condena y redujo la pena a dos años de prisión.
Los hechos juzgados ocurrieron en octubre de 2014, cuando María Belén Vargas denunció que otra mujer vendía ropa interior robada a su madre en una feria de la capital jujeña, pero fue ella la que quedó detenida.
A pedido de la madre de Vargas intercedió Milagro Sala para que la liberaran, oportunidad en que, según denunció la comisaria Ángela Cabero con el patrocinio de abogados allegados a Morales, la amenazó telefónicamente con «hacer volar la comisaría».