La Ciudad apuesta a la prevención para evitar que se expanda el coronavirus y el Gobierno pidió que las personas que estén enfermas no utilicen el transporte público. Ya suspendió los eventos para más de 200 personas y se abre una incógnita sobre cómo puede reaccionar el sistema de salud ante una epidemia.
Buenos Aires contaba en 2017 con 6981 camas para internación en la suma de todos los hospitales capitalinos. Entre 2007 y 2016, los ocho años de gobierno de Mauricio Macri, se perdió el equivalente a 568 plazas.
Una investigación de la Fundación Soberanía Sanitaria (FSS) que publicó Página 12, equiparaba el recorte “a cerrar por completo cinco hospitales”. En el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta saben que la mayoría de los porteños no utiliza el sistema público de Salud y por eso fue constante la reducción presupuestaria en el área, al igual que en Educación. El Ejecutivo apostó por la atención primaria en los CESAC para liberar el tráfico de los hospitales.
Claro que en epidemias como la que transcurre actualmente en el mundo son los hospitales públicos los únicos que pueden hacer frente a la demanda. Tiempo pudo hablar con médicos que trabajan a diario en el sistema de salud capitalino y dieron cuenta de que la falta de personal e insumos ya era una constante antes de que explotara el coronavirus.
Desde el Ejecutivo de la Ciudad anunciaron el pasado jueves que agregarán 100 camas más para terapia intensiva. En personas mayores o con otras patologías el coronavirus puede tener un desarrollo más grave y causar problemas que requieran asistencia respiratoria. La cantidad de respiradores disponibles es uno de los puntos flojos del sistema hospitalario porteño.
En conferencia de prensa Horacio Rodríguez Larreta anunció que la Ciudad había adelantado las compras planificadas para 2020 y había adquirido una “primera tanda de 80 respiradores y 80 monitores” para atender a los pacientes. Claro que además del equipamiento harán falta los recursos humanos para manejarlo.
En los hospitales comenzaron a dictarse cursos para manejo, cuidados y diagnóstico del Covid-19; pero es complicado que los técnicos, enfermeros y médicos puedan asistir. “Si quiero sacar un paciente del quirófano y conseguir un camillero un día a la tarde es imposible. Andá a obligarlo a hacer ese curso con todo el trabajo que hay. El hospital se maneja mucho más por improvisación de lo que creemos”, explicó un experimentado médico que prefirió no identificarse.
“La clave es la contención, todavía no hay circulación local, no hay casos autóctonos”, dijeron desde el Ejecutivo porteño. Evitar la multiplicación de casos es el objetivo del gobierno porteño que trabaja en conjunto con la Nación.
La Ciudad tiene aproximadamente 2,4 camas de internación por cada mil habitantes. La cifra la sitúa relativamente cerca de los Estados Unidos (2,8), un país que dista de ser un ejemplo en salud pública. China cuenta con 4,3 camas por cada mil habitantes y Japón y Corea con 12. Por eso la apuesta oficial es frenar los contagios antes de que llegue el invierno, cuando la curva de enfermedades respiratorias aumenta vertiginosamente. «