La ola de acusaciones por abuso sexual y violencia contra la mujer que se inició tras la denuncia por violación de la actriz Thelma Fardin contra Juan Darthés provocó un terremoto -inconcluso- en la actividad política. La sensibilidad con la que la sociedad asimiló el respaldo del colectivo de Actrices Argentinas a la joven actriz que integraba el elenco de la serie ‘Patito Feo’ cuando era adolescente tuvo su correlato en la militancia juvenil. Sobre todo en La Cámpora, principal agrupación de la juventud kirchnerista.
En la última semana, varias ex integrantes de esa organización que habían denunciado haber sido violentadas o abusadas por compañeros varones volvieron a hacer público lo que les tocó vivir. La situación produjo un impacto inocultable en esa organización. En La Cámpora resolvieron abrir un período de reflexión, debate y cambios internos que incluso puede concluir con innovaciones importantes en las estructuras organizativas y de responsabilidad dentro de las propias filas.
Todo este clima interno tuvo su primera definición pública el lunes, durante la inauguración del Ateneo Néstor Kirchner en La Plata. La primera voz que se escuchó fue la del diputado Máximo Kirchner, principal dirigente camporista. “No puede ser un calvario para las compañeras militar en una organización social y política”, fue una de sus frases más comentadas. En su discurso desde el escenario del club Atenas, Máximo reconoció la existencia de episodios de violencia y abuso pero al mismo tiempo advirtió que en toda esta saga hay una intencionalidad “especulativa y oportunista” de los medios afines al oficialismo, que a su juicio buscan deslegitimar la militancia política kirchnerista.
“Nuestras organizaciones políticas, sociales culturales y sindicales deben ponerse al frente de cada reclamo que tenga nuestra sociedad. No podemos dejar que sea desde los medios de comunicación donde, de forma especulativa y oportunista, se intente correr a las organizaciones políticas, que deben ponerse al frente de las demandas: por ejemplo con el colectivo de las mujeres. No podemos mirar para el costado y las organizaciones en las que militamos y pertenecemos debemos dar el ejemplo, porque sabemos, también, que (esas organizaciones) son atacadas porque son las únicas capaces de ponerle freno. Y, para que esto quede claro, tenemos que ser mejores”, fue el párrafo completo de Máximo en el acto del Ateneo Néstor Kirchner, donde compartió escenario con la diputada bonaerense Florencia Saintout, jefa de la bancada de Unidad Ciudadana.
El martes, un día después del discurso de Máximo, La Cámpora difundió de modo oficial un largo comunicado para referirse a las denuncias que pesan sobre algunos varones que actualmente forman parte de la organización, como el senador provincial Jorge “Loco” Romero, o ex militantes que pasaron por sus filas, como Julián Eyzaguirre (ex referente de La Cámpora en el frente universitario), Nicolás Roó (ex integrante de La Cámpora en la provincia de La Pampa) o Gustavo Matías (ex responsable político de Vicente López).
El comunicado en cuestión informa desde sus primeros párrafos que la agrupación está realizando “profundos y necesarios procesos de discusión interna” que apuntan a una “transformar la organización”. El documento asegura que La Cámpora “revisará todas las prácticas que avalan, legitiman y engendran situaciones de violencia y desigualdad de género”.
La Cámpora informa, también, que desde hace un año se elaboró internamente un Protocolo de Detección, Abordaje y Acompañamiento de situaciones de violencia de género que se produzcan dentro de la organización. Una de las implicancias de ese Protocolo es que “los varones” acusados “deben atravesar procesos de revisión de sus prácticas, de formación y de concientización que permitan iniciar un real proceso de deconstrucción”. ‘Deconstrucción’ es el término que utiliza el feminismo para referirse al esfuerzo individual que debe hacer todo varón que quiera modificar o limitar sus actitudes machistas aprehendidas por años de cultura patriarcal.
En otro párrafo, la agrupación kirchnerista consigna que a “Jorge Romero, senador provincial y quien hasta este momento se desempeñaba como responsable político de la provincia de Buenos Aires, se le quitaron todas las responsabilidades políticas dentro de la organización, y no puede participar en los espacios de militancia en tanto dure la aplicación del Protocolo”.
El texto menciona también los casos de Eyzaguirre, Roó y Matías, y aporta detalles con las determinaciones tomadas en cada caso. Hacia el final del documento, La Cámpora anuncia la próxima realización de una Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans de la organización.
Según lo informado, esa Asamblea aprobará una serie de iniciativas para transformas las estructuras de poder interno de la organización. Uno de los criterios que se adoptará es la “paridad de cargos en todos los ámbitos de decisión”. Mientras este proceso de debate se consolida, al mismo tiempo se está evaluando qué hacer con la banca del senador provincial Romero ya que cualquier definición que se tome al respecto –en un caso que no tiene intervención judicial, y mucho menos sentencia firme- se podría convertir en un leading case para otros legisladores, sean del partido que sean, tanto bonaerenses como nacionales.