La comunicación hiperdiseñada y las denuncias contra la gestión anterior parecen no ser ya elementos suficientes para sostener el acompañamiento de la opinión pública al gobierno de Cambiemos.
La aprobación a la gestión de Mauricio Macri está en su punto más bajo desde que el presidente asumió en diciembre de 2015. El dato surge de la última encuesta de la consultora Dicen a la que Tiempo accedió en forma exclusiva. El sondeo se cerró el pasado 28 de enero, antes de que se conociera la nueva oleada de tarifazos que tendrá un impacto en el humor social y, probablemente, ratifique la curva descendente.
Las cifras de la medición realizada por la encuestadora que dirige Hilario Moreno indicaron que sólo el 32%, de los 1200 casos realizados a nivel nacional, respaldó la gestión de Cambiemos, mientras un 48 la desaprobó y un 20 -cifra importante- se declaró indeciso.
En diciembre de 2015, cuando recién había asumido Cambiemos, el respaldo a la labor del flamante Ejecutivo se ubicaba en 52 puntos. Luego, según los datos de la serie realizada por Dicen, el apoyo comenzó a caer de a poco y el punto más bajo se registró en mayo del año pasado, con el impacto del primer tarifazo. El oficialismo había bajado al 33 por ciento. Después tuvo una recuperación y durante varios meses se ubicó en una banda que osciló entre los 37 y los 40 puntos.
Sin embargo, de noviembre 2016 a enero de 2017, el respaldo se desplomó seis por ciento y puso a la gestión macrista en su punto más bajo en el arranque del año electoral.
Uno de los rasgos de la caída es que no hay un elemento único que la explique, más bien parece la aceleración de un proceso de pérdida por goteo. Moreno lo describió del siguiente modo: Cuando comenzó el primer mandato de Cristina (Fernández), por ejemplo, el conflicto que disparó la Resolución 125 produjo una caída abrupta en los niveles de respaldo, que después hubo que remontar de a poco. Algo similar le ocurrió a Macri cuando quiso aplicar el tarifazo todo de golpe el año pasado, hasta que intervino la Corte (Suprema de Justicia) y le puso un tope. Y agregó: Lo que vemos ahora es que no hay un disparador claro de la caída. Es simplemente que se acentúa un proceso que viene dándose de a poco.
Además, Moreno resaltó que, por ahora, lo que más crecen son los indecisos. Se nota con mucha fuerza en todas nuestras encuestas -destacó-. Es decir: el respaldo a la gestión cayó 20 puntos en un año, pero el rechazo subió diez. ¿Por qué? Porque los otros 10 puntos que dejaron de apoyar se fueron a engrosar a quienes no pueden aún emitir una opinión contundente. Ese segmento saltó del 10 al 20 por ciento en doce meses.
Imagen y polarización
La imagen personal de los presidentes suele estar por encima del respaldo a su gestión. Una excepción a esta regla era Cristina, que obtenía mejores números en su labor como jefa de Estado que en su imagen personal que despertaba y despierta pasiones fuertes a favor y en contra. Macri sigue la regla más habitual. Su imagen personal, por ahora, está muy por encima del apoyo que recibe la gestión. La última medición de Dicen lo ubicó con un 47 por ciento de imagen positiva a nivel nacional.
Otro dato del mismo sondeo es la recuperación de Cristina, que se ubicó por encima de los 50 puntos de positiva. Como el margen de error de las mediciones suele estar alrededor del 3 por ciento, Moreno sostuvo que Macri y Cristina, en rigor, están empatados y, además, el que piensa bien de uno desaprueba al otro y viceversa.
El consultor compartió la opinión que varios analistas han desplegado en las últimas semanas respecto de que buena parte del apoyo a la figura del presidente se basa en el rechazo a la ex mandataria. Por eso es que todavía tiene 20 puntos más de imagen positiva sobre su persona que de respaldo a su obra de gobierno, remarcó el encuestador. Y sostuvo que el electorado se encamina a una fuerte polarización que encabezan estas dos figuras, Macri y CFK.
La sociedad está partida en dos. Por eso es que Sergio Massa está perdiendo respaldo. El gobierno, más allá de su discurso, se ha dedicado constantemente a profundizar la famosa ‘grieta’ porque le sirve para consolidar a un sector que no lo respalda por lo que hace sino para que no vuelva el kirchnerismo, puntualizó.
Esta fórmula, sin embargo, también tiene una fecha de vencimiento. En algún momento la valoración de la gestión y la imagen personal se juntan-destacó el encuestador-. No es posible predecir con exactitud cuándo llegará ese punto.
Los arrepentidos
Otro elemento que suma para el análisis del complejo y contradictorio apoyo al presidente es ver qué ocurre con quienes lo votaron en el balotaje de noviembre de 2015. Dicen realizó esta pregunta sólo a los encuestados en la provincia de Buenos Aires, principal distrito del país y clave para las elecciones de este año.
La consulta concreta fue a quién había votado en el último balotaje y por quién lo haría ahora. El resultado fue que Macri perdió el 5% de quienes reconocían haberlo acompañado.
En una suerte de juego imaginario, estos números hoy implicarían casi seguro una victoria nacional de Daniel Scioli porque cinco puntos en territorio bonaerense son dos puntos a nivel nacional. Pero lo más destacable del indicador es que si se toman en cuenta los bajos niveles de aprobación de gestión, la cifra de arrepentidos no parece demasiado importante.
Aquí se repite el tema del crecimiento de los indecisos. En rigor, los arrepentidos son el 10 por ciento, es decir, 20 puntos de su caudal total en el balotaje. El tema es que hay una porción que eligió a Scioli y que hoy votaría a Macri. Entonces en el neto, el presidente perdió cinco, mientras Scioli creció dos. Lo que demuestra que hay varios que se arrepienten de haber optado por el actual presidente pero que hoy tampoco se inclinarían por el ex candidato del FpV, explicó la consultora.
Este es el telón de fondo con el que comienza a tomar ritmo el año electoral. «